adaptación

Ecología cognitiva

Hacia el año 1542, llegaron a Japón los primeros comerciantes portugueses, y siete años después los primeros misioneros jesuitas. En poco tiempo, lograron convertir a miles al cristianismo. Esto preocupó a las autoridades japonesas, quienes veían en el cristianismo una amenaza al modo de vida tradicional japonés. Como resultado, en 1587, se prohibió el cristianismo, lo que llevó a la persecución y muerte de muchos conversos. A partir de 1635, mediante una serie de decretos, se impidió a los japoneses salir del país y a los extranjeros entrar, marcando el inicio de un periodo de aislamiento nacional que duraría más de doscientos años. En 1853, un escuadrón naval estadounidense armado con cañones llegó a la bahía de Tokio, exigiendo que Japón se abriera al comercio internacional. Reconociendo la superioridad tecnológica extranjera, Japón comenzó un proceso de apertura y modernización con la Restauración Meiji en 1868. Cyril Aydon, en Historia del hombre, escribe:

“Los japoneses, iniciaron una rápida industrialización gracias a todos los avances que habían realizado a lo largo de los últimos doscientos años; un desarrollo industrial como no se había visto jamás en toda la historia de la humanidad”.

Dos años después de esta apertura, en 1870, nacieron en Japón Kitaro Nishida y Daisetsu Suzuki, quienes impactarían profundamente en la cultura y la ciencia. Ambos crecieron y se desarrollaron en una época de gran exploración y asimilación de influencias externas. Suzuki se convirtió en un pionero en la introducción del budismo zen al Occidente. A través de sus extensos escritos y traducciones, como Essays in Zen BuddhismManual of Zen Buddhism y The Zen Doctrine of No-Mind, Suzuki clarificó conceptos erróneos sobre el budismo y destacó su profundidad espiritual, ética y estética. Enfatizó el papel central del satori dentro de la práctica zen, que busca una percepción directa e inmediata de la realidad, a través de una experiencia personal que va más allá del intelecto y es facilitada por la meditación, la interacción con maestros y el esfuerzo físico. Su trabajo influyó significativamente en el diálogo interreligioso y el entendimiento cultural entre Japón y Occidente.

Por otro lado, Nishida, tras estudiar filosofía en la Universidad de Tokio y aprender inglés y alemán, intentó sintetizar la filosofía occidental con el pensamiento oriental y es considerado el fundador de la Escuela de Kioto. Nishida criticó el razonamiento conceptual occidental, viéndolo como un obstáculo para la experiencia zen. Argumentó que las dicotomías dualistas (como bueno o malo, uno mismo u otro y ser o no ser) nos impiden ver la realidad como un todo indiferenciado, interfiriendo con la experiencia de satori. En su obra Indagación del Bien, Nishida aboga por una comprensión de la realidad basada en la experiencia directa y la intuición, más allá del lenguaje y el análisis racional. Escribe:

“Experimentar significa conocer los hechos tales como estos son, conocer de conformidad con hechos renunciando por completo a las propias elaboraciones. Lo que normalmente llamamos experiencia está adulterado con alguna clase de pensamiento, de manera que al decir pura me refiero a la experiencia tal como ella es, sin el menor aditamento de deliberada distinción”.

Para Nishida, la comprensión profunda surge desde la nada absoluta, donde no hay distinción entre el que conoce y lo conocido. Trabajó para integrar el pensamiento filosófico del budismo zen, con las tradiciones filosóficas occidentales. Propuso el concepto de “basho” (traducido como “lugar”), un marco ontológico que supera las limitaciones del pensamiento dualista, viendo los fenómenos no como entidades aisladas, sino como interrelaciones dentro de un campo dinámico que constituye la realidad. Su filosofía apunta a una visión del mundo no dualista, donde sujeto y objeto se unifican en una experiencia de conocimiento puro. Nishida propuso que esta experiencia de aprendizaje pura y holística era la realización del verdadero conocimiento. El basho es el “lugar” que hace posible que surja la comprensión. Basho no se entiende en términos de conciencia, sino del mundo histórico en el que tienen lugar nuestras acciones encarnadas. En su libro Zen no Kenkyū Nishida escribió:

“Decir que la unidad de la conciencia está limitada a la conciencia individual no es más que un dogma arbitrario añadido a la “experiencia pura”. El mundo natural es un sistema de conciencia constituida por una unidad trans-individual. Unificamos la experiencia del yo por medio del sujeto individual y, además, unificamos la experiencia de todos los individuos por medio de un sujeto trans-individual, en el cual el mundo natural nace como un objeto”.

El biólogo y neurocientífico Francisco Varela consideraba que la tradición budista, con su larga historia de exploración de la mente y sus estados, podía aportar ideas significativas sobre la naturaleza de la conciencia, la percepción y la experiencia subjetiva. Quería incorporar métodos de primera persona derivados de prácticas contemplativas en la investigación científica, para obtener una comprensión más profunda y completa de la mente. En 1987, Varela, junto con Adam Engle, fundaron el Instituto Mente y Vida, con el objetivo de impulsar el diálogo entre la ciencia occidental y el Dalai Lama sobre la relación entre la ciencia y el budismo. Evan Thompson, profesor de filosofía en la Universidad de British Columbia en Vancouver trabajó durante muchos años en esta organización antes y después de la muerte de Varela en 2001. Thompson, tuvo una infancia y formación bastante inusuales. En el Podcast Mind & Life: Expanding Our View of the Mind, Thompson, cuenta que desde niño tuvo un interés natural por estos temas, los que a su vez eran estimulados en su hogar ya que todas las discusiones giraban en torno a cuestiones científicas y filosóficas. En sus palabras:

“Todo el mundo hablaba de cosas como la meditación, la mente y la naturaleza de la vida, todo era una especie de remolino, una constelación de cosas que me fascinaban. En parte también fueron los tiempos, fue una época ecléctica experimental con un ritmo de vida muy diferente al que tenemos ahora, sin internet ni celular, había más tiempo para explorar ideas”.

Thompson, considera a Varela su mentor. En 1986, Varela lo invitó a trabajar a su laboratorio en París. Juntos revisaron transcripciones de charlas que finalmente se convirtieron en el libro La mente encarnada que publicaron en 1991. Este fue el primer libro académico que exploró en profundidad la relación entre la ciencia cognitiva y la filosofía y meditación budista. El trabajo de Thompson se centra en los conceptos de continuidad vida-mente, autopoiesis, creación de sentido y creación participativa de sentido. Se sustenta en la idea que la cognición no es la representación de un mundo externo, realizado por una mente interna independiente que procesa información, sino que emerge de la interacción dinámica entre el cuerpo, la mente y el entorno. Actualmente se conoce como el enfoque “4E” de la cognición:

  • Encarnada (Embodied): La cognición está profundamente enraizada en las características biológicas del cuerpo, no limitándose al cerebro, sino abarcando la interacción de todo el cuerpo con el entorno.
  • Enactiva (Enactive): La cognición emerge a través de la interacción activa con el medio ambiente, siendo un proceso de participación continua donde el conocimiento se genera en la acción.
  • Extendida (Extended): Los procesos cognitivos trascienden los límites del individuo para incluir objetos y herramientas externas, formando sistemas extendidos de pensamiento y acción.
  • Embebida (Embedded): La cognición está inmersa en un contexto social y físico específico, el cual influye y es influenciado por los procesos cognitivos.

El enfoque 4E ha tenido un impacto significativo en varios campos, incluyendo la filosofía de la mente, la neurociencia, la psicología, la inteligencia artificial, la educación, y la gestión organizacional. Al enfatizar la importancia de la interacción cuerpo-mente-entorno, este enfoque ofrece una visión más holística y dinámica de la cognición y creación de conocimiento. En su artículo: What is Mind?, Thompson sostiene que ubicar la mente solamente dentro del cerebro hace que los límites del sistema cognitivo se equivoquen. La “ecología cognitiva”, por lo tanto, enfatiza el estudio de cómo los entornos artificiales y naturales influyen en la cognición y cómo, a su vez, las prácticas cognitivas afectan la configuración de estos entornos. En palabras de Thompson:

“Un pájaro necesita alas para volar, pero el vuelo del ave no está dentro de sus alas; Es una relación entre todo el animal y su entorno. Volar es una especie de acción encarnada. Del mismo modo, necesitas un cerebro para pensar o percibir, pero tu pensamiento no está dentro de tu cerebro; Es una relación entre tú y el mundo. La cognición es la creación de sentido encarnada”.

Dos generaciones después de los aportes de Nishida y Suzuki, Ikujiro Nonaka y Hirotaka Takeuchi han realizado contribuciones complementarias a la teoría y aplicación práctica de la creación de conocimiento. En su obra The Knowledge-Creating Company, Nonaka y Takeuchi explican que una empresa no es simplemente una máquina de procesamiento de información, sino un organismo vivo que crea conocimiento a través de sus personas, actividades, tecnologías e interacciones con el entorno. Nonaka y Takeuchi definen conocimiento como una creencia verdadera justificadaPonen el foco en el aspecto justificado más que en el verdadero. Introducen una distinción clave entre dos tipos de conocimiento: el explícito, que es formal y sistemático, y puede ser fácilmente comunicado y compartido; y el tácito, que es personal, contextual, y más difícil de articular. Argumentan que el motor de la innovación en las empresas es la transformación continua entre estos dos tipos de conocimiento, un proceso que describen a través del modelo SECI, que comprende cuatro fases:

  • Socialización, ocurre cuando las personas comparten sus experiencias y modelos mentales.
  • Externalización, es cuando se convierte el conocimiento tácito en explícito mediante metáforas, analogías, conceptos o modelos.
  • Combinación, es cuando se combinan diferentes tipos de conocimiento explícito para crear nuevo conocimiento, por ejemplo, la actualización de ideas o conceptos.
  • Internalización, es cuando se incorpora el conocimiento explícito en conocimiento tácito a través de la práctica y la experiencia.

Según Nonaka y Takeuchi, la creación de conocimiento organizacional es un proceso dinámico, dialéctico y en espiral que se inicia a nivel individual y se expande a comunidades de interacción cada vez mayores, cruza las fronteras de las áreas, de los departamentos, de las divisiones y de la organización para concretarse en un saber organizacional que se vuelve a retroalimentar en otras personas. De esta forma, una organización aprende cuando las personas aprenden. Inspirado en el concepto “basho” de Nishida, Nonaka en su artículo SECI, Ba and Leadership, explica que la creación de conocimiento es contextual. El conocimiento, por lo tanto, no es absoluto u objetivo, sino relativo al contexto y evolutivo. Propone el concepto de “Ba” que define como:

“Un contexto en el que el conocimiento es compartido, creado y utilizado. En la creación del conocimiento, generación y regeneración, “Ba” es la clave, ya que “Ba” proporciona la energía, la calidad y el lugar para realizar la conversión individual y para moverse a lo largo de la espiral de conocimiento”.

El “Ba” propuesto por Nonaka, representa una aplicación práctica y concreta de los principios de la cognición 4E (encarnada, enactiva, extendida y embebida).

  • “Ba” proporciona un espacio único donde el conocimiento es compartido y vivenciado de manera encarnada, subrayando la importancia de la experiencia directa y la interacción física en el proceso de aprendizaje y creación de conocimiento.
  • En “Ba”, las interacciones son profundamente enactivas; es decir, el conocimiento se genera a través de la participación activa y el compromiso entre las personas. Esta co-creación de conocimiento es facilitada por el trabajo colaborativo, donde las ideas y soluciones emergen de la interacción y el intercambio de perspectivas.
  • En “Ba” el conocimiento trasciende los límites individuales, extendiéndose para incorporar el entorno físico y digital, así como herramientas, artefactos y sistemas sociales. Los objetos y dispositivos externos se integran y participan en nuestros procesos cognitivos, ampliando nuestra capacidad para generar y aplicar ideas.
  • “Ba” también se caracteriza por estar embebido en contextos culturales, sociales y organizacionales específicos, lo que significa que el espacio de conocimiento y las prácticas que en él ocurren están profundamente influenciadas por el entorno cultural y social. Los valores, normas y estructuras del contexto moldean y son moldeados por la actividad de creación de conocimiento de una organización.

El “Ba” surge cuando las personas se unen con la intención consciente y deliberada de crear nuevo conocimiento. Esta unión es posible gracias al compromiso de los participantes, quienes están dispuestos a trascender sus propias perspectivas para aprender de los demás y establecer conexiones profundas. La voluntad de abrirse a nuevas ideas y experiencias es fundamental, pues facilita un entorno en el que el conocimiento puede florecer a través de la colaboración y la interacción significativa. Necesitamos un cerebro para tener una mente humana, pero nuestra mente no está dentro de nuestro cerebro; es una relación entre nosotros y el mundo, incluyendo la sociedad y la cultura. El verdadero aprendizaje surge en el día a día, por las acciones que realizamos y por las interacciones y redes de relaciones en las que participamos, nos involucramos y aportamos. La ecología cognitiva, nos invita a reconsiderar nuestra relación con el entorno y con los demás, promoviendo una visión más integrada y conectada de la existencia humana. Este enfoque permite desarrollar prácticas educativas, estrategias organizacionales y avances tecnológicos diseñados para fomentar sociedades más informadas, resilientes y flexibles. Tal enfoque es esencial para abordar los desafíos multifacéticos del mundo contemporáneo. Thompson se pregunta:

“Si tomamos en serio la visión budista, así como las ideas de la ciencia cognitiva, debemos preguntarnos ¿Cómo podemos crear una ciencia de la mente que permanezca consciente de la incomprensión de la mente?”.

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