adaptación

Experiencia concreta

El 28 de enero de 1986, millones de personas observaron atónitos cómo el transbordador espacial Challenger de la NASA explotaba en el aire momentos después de su lanzamiento. Los siete astronautas a bordo murieron. El lanzamiento estaba transmitiéndose en directo, porque era la primera misión del programa Teachers in Space. Por primera vez, una profesora de escuela; Christa McAuliffe, de 37 años era parte de la tripulación. Incluso estaba planeado que impartiera clases mientras estaba en órbita. Ronald Reagan, había impulsado esta iniciativa para acercar la exploración del espacio al gran público. Sin embargo, apenas 73 segundos después del despegue, el transbordador se desintegró en una columna de humo blanco a la vista de millones de espectadores de todo el mundo. Era la primera vez que la NASA sufría un accidente mortal en pleno vuelo.

El desastre motivó que Reagan convocara una comisión presidencial para investigar las causas del accidente. El resultado fue la Comisión Rogers, llamada así por su presidente William Rogers (ex secretario de Estado durante el periodo de Nixon). La comisión incluía a los astronautas Neil Armstrong y Sally Ride, así como al físico teórico Richard Feynman ganador del Premio Nobel, que, a sus 67 años, era quizás el científico más famoso del mundo. Feynman estaba con cáncer terminal, pero accedió a participar en esta investigación dada la relevancia. En su libro de memorias publicado en 1988 ¿Qué te importa lo que piensen los demás?, relató su experiencia en esta comisión. Descubrió que más que voluntad de investigación, a la comisión la guiaba un afán encubridor, ya que todo se realizaba como si estuviera encaminado a demostrar que el azar había sido el causante de la tragedia. Sin embargo, Feynman encontró evidencias de un enfrentamiento sordo entre científicos y ejecutivos que derivó en que se asumieran riesgos excesivos. En sus palabras:

“Parece que, sea cual sea el fin, ya sea para el consumo interno o externo, la dirección de la NASA exagera la fiabilidad de su producto, hasta el punto de la fantasía”.

Rogers estaba furioso y le dijo a la comisión que Feynman se estaba convirtiendo en ‘un verdadero dolor de cabeza’. Trató de persuadir a Feynman para que bajara el tono de su crítica para proteger a la NASA de los recortes presupuestarios y la decepción pública, pero Feynman se negó a ceder. En una audiencia televisada, Feynman aprovechó la oportunidad para hacer públicos sus hallazgos. Mientras hablaba con un ejecutivo de la NASA, puso una pieza de goma en un vaso con agua fría y dijo:

“Tomé esto que saqué de tu sello y lo puse en agua helada, y descubrí que cuando lo presionas por un tiempo y luego lo sueltas, no recupera su forma. En otras palabras, durante al menos unos segundos, no hay resiliencia en este material en particular cuando está a baja temperatura”.

Con ese simple experimento, Feynman, explicó públicamente que la causa directa de la explosión del Challenger, había sido una falla en las juntas tóricas, cuya función era sellar, pero que perdían toda su flexibilidad en bajas temperaturas. Al fallar el cierre hermético de una junta tórica sobre el cohete derecho, se produjo un escape de oxígeno y de hidrógeno que entraron en contacto con el tanque de combustible externo, lo que provocó que el transbordador estallara. Las juntas tóricas no habían sido diseñadas para tener una elasticidad suficiente en bajas temperaturas, como las que imperaban el día del lanzamiento. Lo más grave era que varios expertos habían advertido del problema desde 1977, y del frío extremo que imperaría la mañana del lanzamiento, pero no fueron escuchadas porque la NASA debía cumplir con su cronograma de vuelos. El informe oficial de la comisión, presentado a Reagan el 9 de junio de 1986, concluyó:

“… fallos en la comunicación … resultaron en una decisión de lanzar el 51-L basada en información incompleta y a veces engañosa, un conflicto entre los datos de ingeniería y los juicios de la gerenciay una estructura de gestión de la NASA que permitió que problemas internos de seguridad del vuelo pasaran por alto a los principales gerentes del Transbordador.”

Feynman estaba tan impactado por los resultados de su investigación que sintió que no podía, en conciencia, respaldar completamente el informe oficial. En lugar de ello, escribió un informe complementario que abordaba los profundos fallos institucionales que presenció en la NASA. Finalmente, se acordó que el informe de Feynman se incluiría como ‘Apéndice F’. Hoy está disponible en línea y destaca por su asombrosa claridad y su crítica a los procedimientos de seguridad del transbordador. Escribe Feynman:

“Parece que hay enormes diferencias de opinión respecto a la probabilidad de un fallo con pérdida del vehículo y de vidas humanas. Las estimaciones varían desde aproximadamente 1 en 100 hasta 1 en 100.000. Las cifras más altas provienen de los ingenieros operativos, y las cifras más bajas de la gerencia”.

Basándose en su experiencia directa con la dirección y los ingenieros de la NASA, Feynman concluyó que las graves deficiencias en la comprensión científica, las fallas de comunicación y la grave tergiversación de los riesgos requerían que la NASA suspendiera los lanzamientos hasta resolver sus inconsistencias internas. En el informe final de la Comisión Rogers, Richard Feynman obligó que se incorporara la siguiente frase:

“Para que una tecnología sea exitosa, la realidad debe prevalecer sobre las relaciones públicas, ya que la naturaleza no puede ser engañada”.

La extraordinaria capacidad de aprendizaje y comprensión de Feynman se basaba en un método que había desarrollado y que es conocido como ‘Técnica Feynman’:

  1. Elije el concepto que quieras aprender: Luego que Feynman seleccionaba un concepto o problema, investigaba, pensaba y profundizaba en el tema, luego escribía todo lo que ya sabía sobre su objeto de aprendizaje.
  2. Enséñatelo a ti mismo o a alguien más: Luego explicaba el concepto idealmente a otra persona, como si se lo estuviera enseñando a un niño, usando un lenguaje sencillo y evitando jergas complejas. Solo cuando se comprende bien un tema, se puede explicar en forma simple. Si tenía dificultades con la explicación, identificaba todos los lugares donde la explicación no fluía y revisaba su comprensión del tema.
  3. Vuelve al material original y profundiza: Feynman volvía al material original para reestudiar las fuentes y llenar todas las lagunas y brechas en su comprensión. Luego, repetía la explicación hasta que fluyera de manera impecable.
  4. Simplifica la explicación y crea analogías: Finalmente, usaba analogías y creaba explicaciones simples para que el concepto fuera fácilmente comprensible por todos. Probaba su explicación en el mundo real con otras personas. Solo cuando la explicación fluía, sentía que había entendido el problema.

La técnica de Feynman refleja su creencia de que la verdadera comprensión proviene de la selección, la investigación, la escritura, la explicación y el refinamiento de los conceptos. James Gleick en el libro Genius: The Life and Science of Richard Feynman escribe:

“En la preparación para su examen de posgrado, decidió no estudiar los esquemas de la física establecida. En cambio, se dirigió al MIT, buscando un espacio donde pudiera estar solo. Allí, abrió un cuaderno nuevo y en la página de título escribió: Cuaderno de las Cosas que Desconozco. Esta fue la primera, aunque no la última vez que reorganizó su conocimiento. Durante semanas, se dedicó a desmontar cada rama de la física, refinando las partes y ensamblándolas nuevamente, mientras buscaba las imperfecciones y contradicciones. Se esforzó por identificar los conceptos fundamentales de cada tema. Al final, logró compilar un cuaderno del que se sentía particularmente orgulloso”.

Feynman creía que el aprendizaje debía ser un proceso activo de ‘prueba y error, descubrimiento e investigación libre’. El experto en educación David Kolb en su libro Experiential Learning, propone que las personas aprendemos de la experiencia y que se puede establecer una estructura para apoyar este aprendizaje. En palabras de Kolb:

“El aprendizaje es el proceso mediante el cual se crea conocimiento, a través, de la transformación de la experiencia”.

Desde esta perspectiva, el aprendizaje es el proceso por medio del cual damos sentido a las experiencias. Según Kolb, para que haya un aprendizaje efectivo, idealmente deberíamos recorrer un ciclo de cuatro etapas:

  1. Experiencia concreta: Hacemos o experimentamos algo. En esta etapa captamos nueva información ‘percibimos sintiendo’, es decir, percibimos la experiencia, a través, de nuestros sentidos, del contacto físico con lo concreto, con los aspectos tangibles de lo vivido.
  2. Observación reflexiva: En esta etapa reflexionamos sobre lo que ocurrió o hicimos. Aquí intentamos darle sentido a lo ocurrido ‘procesamos observando y reflexionando’ sobre la conexión entre la experiencia y las consecuencias de nuestras acciones.
  3. Conceptualización abstracta: En esta etapa desarrollamos conclusiones más amplias.Obtenemos nueva información ‘percibimos pensando’; integramos y combinamos nuevos conceptos, ideas y teorías que orientan la acción.
  4. Experimentación activa: Por último, en esta etapa probamos en la práctica las conclusiones obtenidas. Ponemos en práctica nuestras conceptualizaciones, ‘procesamos haciendo’, implicándonos en nuevas experiencias y experimentando en forma activa para comprender.

Kolb sostiene que las cuatro etapas deben estar presentes para que se produzca un aprendizaje eficaz. Una experiencia de aprendizaje puede comenzar en cualquiera de las cuatro etapas, pero cada una de las etapas tiene su propio valor, ya que genera una forma particular de conocimiento. Hacer, observar y reflexionar, desarrollar conceptos y generalizaciones, y experimentar activamente con nuestras ideas, son diferentes modos de generar conocimiento, por lo que para lograr un aprendizaje profundo deberíamos idealmente pasar por las cuatro etapas del ciclo. La experimentación activa forma parte del aprendizaje concreto de un nuevo ciclo, habilitando que se produzca una espiral de aprendizaje. El ciclo de aprendizaje experiencial de Kolb es un enfoque que se ha investigado, perfeccionado y complementado ampliamente. En el artículo de 2018 Eight important things to know about The Experiential Learning Cycle, Kolb explica que la Experiencia Concreta es ampliamente malentendida. El modo de experiencia del ciclo de aprendizaje tiene una importancia fundamental para el aprendizaje. Todos los modos del ciclo de aprendizaje son experiencias, pero es la experiencia aquí y ahora la que inicia el aprendizaje. La experiencia y el comportamiento cotidianos son conservadores y reactivos. Una experiencia puede parecer nueva, pero está saturada con interpretaciones pasadas. En palabras de Kolb:

“Aunque probablemente se aprenda de la experiencia cotidiana, probablemente sea del tipo que refuerza conclusiones previas o mejora muy poco el pensamiento o comportamiento. Para cambios más grandes en creencias y comportamientos, puede ser necesario un ‘choque’ que perturbe la vida”.

Luego de la explosión del Challenger, como recomendó Feynman, los vuelos de transbordadores espaciales de la NASA estuvieron suspendidos por casi tres años. El 29 de septiembre de 1988, con el transbordador espacial Discovery, la NASA reanudó el programa de vuelos, que continuó sin interrupción hasta que el 1 de febrero de 2003, el transbordador espacial Columbia se desintegró en su reingreso a la atmósfera, muriendo los siete miembros de la tripulación. El último lanzamiento de un transbordador espacial de la NASA se produjo el 8 de julio de 2011, tras lo que el programa se dio por cancelado. Feynman advertía:

“No sé qué pasa con la gente: entiendo que no aprenden, aprenden de alguna otra manera, de memoria o algo así. ¡Su conocimiento es tan frágil!”.

La pasión de Feynman por el aprendizaje sigue siendo inspiradora. Su insaciable curiosidad y su impulso por comprender el mundo que lo rodeaba fueron clave para su éxito como científico y como educador. Feynman murió el 15 de febrero de 1988 a causa de un cáncer. Tenía 69 años. Dicen que sus últimas palabras fueron:

“No me gustaría volver a morir. Esto es demasiado aburrido”.

Agregar un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *