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No podía hacerlo solo

Esta semana, Microsoft logró un hito histórico al alcanzar una valoración de mercado de 3 billones de dólares. Después de años de depender del éxito de Windows, con el liderazgo de Satya NadellaMicrosoft ha experimentado una reinvención, emergiendo una vez más como un líder en innovación tecnológica. Tras su selección como CEO del Año 2023 por CNN Business, Nadella destacó:

“No hay duda de que 2023 fue el año de la IA. Ya no hablamos sólo de innovación en abstracto; Estamos viendo ganancias reales en la fabricación, implementación y capacidad de productos. Sin embargo, al final del día, esta innovación sólo será útil si nos empodera a todos en nuestras carreras, en nuestras comunidades, en nuestros países”.

Bill Gates y Paul Allen fundaron Microsoft en 1975. La visión de Gates “Una computadora en cada escritorio y en cada hogar”, impulsó el crecimiento exponencial de Microsoft y once años después de su fundación, la empresa salió a bolsa. En 1987, Gates, de 31 años se convirtió en el multimillonario más joven del mundo. Gracias al éxito de Windows y la impresionante capacidad de Gates, Microsoft se consolidó como una gran empresa tecnológica, pero a partir de 1998, comenzó a tener problemas. El gobierno de Estados Unidos inició una demanda antimonopolio contra la empresa, centrada en la dominancia de Windows en el mercado de los computadores personales. Este litigio legal y su impacto en la imagen pública llevaron a Gates a dar un paso al costado en el año 2000, nombrando a Steve Ballmer como el nuevo director ejecutivo. Bajo la dirección de Ballmer, Microsoft experimentó una fase caracterizada por errores y fracasos en algunos de sus productos y estrategias. Ejemplos notables de estos desaciertos incluyen el lanzamiento de Windows Vista, el reproductor de música Zune y la entrada tardía y poco efectiva en el mercado de la telefonía móvil y smartphones. Ballmer también es recordado por sus críticas y menosprecio hacia el iPhone de Apple, prediciendo erróneamente su fracaso comercial. Pasaban los años y Microsoft sobrevivía gracias a la venta de licencias. Pero no había innovación significativa, persistían los problemas con sus productos y el precio de sus acciones caía permanentemente. Javier Recuenco de Singular Solving señala:

“Cambian el maquinista un poco más tarde y se van al hoyo. Ballmer era un operador. Funciona muy bien mientras Microsoft tenía ventaja estratégica. En el momento en que dejó de tenerla, le pasaron varios trenes e hizo predicciones ridículas”.

Había que dar un golpe de timón y Gates optó por Satya Nadella. Nadella, que se había unido a Microsoft como ingeniero en 1992, había nacido en India en 1967, donde estudió Ingeniería Eléctrica. Migró a Estados Unidos a finales de la década de 1980 para realizar una maestría en ciencias de la computación y luego hacer un MBA. En su libro de 2017 HitRefresh: The Quest to Rediscover Microsoft’s Soul and Imagine a Better Future for Everyone, Nadella explica el proceso de transformación que impulsó como nuevo líder de Microsoft. Escribe:

“¿Cómo se conecta el personaje del trabajo con el del resto de la vida? Había estado pensando en mi vida: mi infancia en la India, mi juventud como inmigrante, como marido y padre de un niño con necesidades especiales, como ingeniero diseñando tecnologías que llegan a miles de millones de personas por todo el mundo y, sí, también como un apasionado del críquet que mucho tiempo atrás soñó con ser jugador profesional. Todas estas partes de mí convergieron en este nuevo rol, un rol que demandaría la intervención de todas mis pasiones, capacidades y valores”.

Nadella estaba convencido de la importancia de tener un propósito inspirador, objetivos significativos y una visión ambiciosa para la empresa. Sin embargo, comprendía que alcanzar estas metas dependía en gran medida de contar con la cultura organizacional adecuada. La cultura de Microsoft era dogmática. Todos querían demostrar que lo sabían todo y que eran las personas más inteligentes del lugar. Nadella decidió cambiar la cultura de Microsoft. Quería que los “sabelotodo” se convirtieran en “apréndelo todo”. La estrategia y la cultura son las palancas principales a disposición de los líderes en su continua búsqueda por mantener la viabilidad de sus empresas. Mientras que la estrategia aporta claridad y enfoque a las acciones colectivas y a la toma de decisiones, la cultura modela cómo se ejecutan esas acciones, y está anclada en comportamientos, mentalidades y patrones sociales. Nadella conectó con las personas a nivel humano, promoviendo la empatía y la humildad. Su intención era que Microsoft pasara de una cultura competitiva a una donde el trabajo en equipo impulsara tanto la innovación como el aprendizaje. En julio de 2014 envió el siguiente correo:

“Para acelerar la innovación, hemos de redescubrir nuestra alma: aquello que nos hace esencialmente únicos. Todos hemos de entender y aceptar aquello que solo Microsoft puede aportar a la humanidad y cómo podemos cambiar de nuevo el mundo”.

Nadella emprendió una detallada revisión interna de los procesos en Microsoft, abordando cada equipo y producto con el objetivo de fomentar una colaboración más estrecha. En 2016, estableció una alianza con OpenAI, una empresa entonces emergente especializada en herramientas de inteligencia artificial. Esta colaboración permitió a OpenAI utilizar los servidores en la nube Azure de Microsoft, mientras que Microsoft obtenía acceso a las herramientas de IA. Como resultado de esta asociación, y tras una inversión de 13.000 millones de dólares, Microsoft lanzó versiones impulsadas por IA de sus productos estrella, como Word, PowerPoint y Excel, marcando un avance significativo en la integración de la inteligencia artificial en sus aplicaciones más populares. Esta estrategia refleja una comprensión profunda del liderazgo, a menudo definido en términos de influencia, inspiración y transformación. Siguiendo el modelo propuesto por Werner Erhard, Michael Jensen y Kari Granger en Creating Leaders: An Ontological/Phenomenological Model,el liderazgo se concibe como:

“Un ejercicio de lenguaje que da como resultado la realización de un futuro que no iba a suceder sin que se haga algo. Un futuro que cumpla, o contribuya a satisfacer, las necesidades de las partes interesadas”.

Esta definición, propone que el liderazgo se trata de una narrativa que proyecta un futuro que no existiría de no ser por la acción intencionada. Este futuro es inclusivo, ya que tiene en cuenta las inquietudes fundamentales de todos los involucrados. En este contexto, las personas no son meramente seguidores, sino participantes activos cuyas preocupaciones son identificadas y articuladas por el líder. Esta forma de liderazgo se centra en inspirar un cambio en el pensamiento y en la acción. En palabras de Nadella:

“Mi filosofía personal y mi pasión, desarrollada con el tiempo y a través de muchas y distintas experiencias, es conectar nuevas ideas con un creciente sentido de empatía por otras personas. Las ideas me apasionan. La empatía me hace realista y me centra”.

James MacGregor Burns introdujo el concepto de liderazgo transformacional. Según Burns, este tipo de liderazgo genera una dinámica relacional en la que los líderes y seguidores interactúan para avanzar a un nivel más alto de moral y motivación. Bernard Bass, ampliando la teoría de Burns, señala que los líderes transformacionales motivan a las personas a redefinir sus expectativas, percepciones y motivaciones a través de su visión, carisma y ejemplo personal. Estos líderes trabajan hacia objetivos comunes que van más allá del beneficio individual, ofreciendo una misión y visión inspiradoras que otorgan una nueva identidad colectiva. Ronald Riggio en Are You a Transformational Leader, identifica cuatro características distintivas de los líderes transformacionales:

  • Motivación inspiradora: Los líderes transformacionales inspiran y motivan a través de una visión convincente, comunicada efectivamente tanto en palabras como a través del ejemplo personal. Apelan a la voluntad y determinación individual, utilizando un lenguaje accesible y ejemplos prácticos.
  • Estimulación intelectual: Estos líderes desafían y fomentan la creatividad e innovación. Invitan a cuestionar el statu quo y aspirar a altos niveles de rendimiento, impulsando constantemente el crecimiento y la superación.
  • Influencia idealizada: Se caracterizan por ser “modelos a seguir”, personificando las cualidades que desean ver en su equipo. Su coherencia entre lo que dicen y hacen genera admiración y confianza.
  • Consideración individualizada: Demuestran un interés genuino por las necesidades y bienestar de cada persona. Esta atención personalizada fomenta un entorno de seguridad y ayuda a las personas a alcanzar su autorrealización.

La singularidad de Nadella como líder se puede comprender a través de las ideas presentadas por Robert Thomas y Warren Bennis en su artículo Crucibles of LeadershipThomas y Bennis destacan que, aunque muchos pueden poseer inteligencia y visión, son pocos los que inspiran confianza, lealtad y esfuerzo en otros. Ellos identificaron que los líderes excepcionales comparten una característica común:

“Experiencias intensas, a menudo traumáticas y siempre inesperadas, que habían acabado por convertir en una fuente de fuerza”.

Las habilidades necesarias para conquistar la adversidad y salir de ella más fuerte y con más motivación que nunca son las mismas habilidades que conforman el liderazgo excepcional. En palabras de Thomas y Bennis:

“La vida nos pone a prueba a todos, pero son muy pocas las personas que logran extraer fuerza y sabiduría de las experiencias más difíciles. A esas personas se les conoce como líderes”.

En 1996, Nadella con 29 años y su esposa Anu de 25, esperaban a su primer hijo. En la semana treinta y seis del embarazo, frente a señales de asfixia, los médicos realizaron una cesárea de emergencia. Nació Zain. No lloró. Nadella escribe:

“Zain necesitaría una silla de ruedas y dependería de nosotros debido a una parálisis cerebral severa. Estaba devastado. Pero sobre todo estaba triste por cómo resultaron las cosas para Anu y para mí”.

La resiliencia es, sencillamente, la perseverancia y la fortaleza necesarias para superar circunstancias devastadoras sin perder la esperanza. La resiliencia es el arte de sobrevivir en aguas turbulentas. Nadella escribe:

“Decir que ese período fue difícil es quedarse corto. Sin embargo, una de las cosas que recuerdo más claramente es cómo la reacción de Anu ante el nacimiento de Zain fue inmediatamente tan diferente a la mía. Para Anu, nunca se trató de lo que esto significaba para ella; siempre se trataba de lo que significaba para Zain y de cómo podríamos cuidarlo mejor. En lugar de preguntar “¿por qué nosotros?” Ella instintivamente sintió su dolor antes que el suyo.”

Como tecnólogo, Nadella había visto que la informática podía desempeñar un papel crucial en la mejora de la calidad de vida de las personas. A Zain le encantaba la música, el problema era que no podía hacerlo solo, siempre tenía que esperar que alguien le ayudara. Tres alumnos de secundaria que estudiaban informática se enteraron del problema y quisieron ayudar. Desarrollaron un sensor a un lado de su silla de ruedas, que se puede accionar fácilmente con la cabeza. La empatía de unos adolescentes, unida a las nuevas tecnologías, habían mejorado la calidad de vida de Zain. Nadella comenta:

“¡Qué libertad y felicidad ha traído a mi hijo la empatía de tres adolescentes!”.

Un trauma nos arrastra a una dirección a la que nunca nos hubiera gustado ir. La corriente nos lleva dando tumbos y golpes a una cascada de muerte, pero el resiliente es capaz de recurrir a todos sus recursos internos para luchar y no dejarse arrastrar por la corriente, hasta el momento en que aparece una mano que ofrece ayuda, un recurso externo que nos permite salir airosos. Nadella escribe:

“Convertirme en padre de un hijo con necesidades especiales fue el punto de inflexión en mi vida que ha dado forma a lo que soy hoy. Me ha ayudado a comprender mejor el viaje de las personas con discapacidad. Ha dado forma a mi pasión personal y mi filosofía de conectar nuevas ideas con la empatía por los demás”.

Zain, falleció en febrero de 2022 a la edad de 26 años. Los líderes excepcionales, son capaces de aprender de sus experiencias traumáticas en lugar de sucumbir a ellas, e identificar oportunidades en circunstancias en las que cualquier otra persona perdería toda esperanza. El desafío del líder es conectar los valores por los que vivimos como individuos con lo que la empresa es capaz de hacer. Esta es la verdadera esencia del liderazgo. Nadella escribe:

“A medida que tengamos más y más inteligencia artificial, la inteligencia real, la empatía real y el sentido común real serán cualidades más escasas. Los nuevos trabajos se basarán en saber trabajar con las máquinas, pero también en estas cualidades exclusivamente humanas”.

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