adaptación

Experimento vital

Los domos geodésicos son estructuras muy eficientes, con ellas, Richard Buckminster Fuller esperaba resolver la crisis de vivienda que surgió luego de la segunda guerra mundial. Sus proyectos utópicos, le otorgaron un aura de inventor de futuros imposibles. Escribió 28 libros y obtuvo 28 patentes.

Fuller, no se limitó a un área de investigación específica, sino que trabajó como un científico de diseño anticipatorio integral, para intentar resolver problemas globales. Se dedicó a imaginar un mundo más sostenible repensando soluciones para la energía, la contaminación, la educación, la pobreza, la gestión de la información y de los recursos del planeta.

Sin embargo, su inicio fue difícil. Steven Sieden en el libro Buckminster Fuller’s Universe relata que, a los treinta y dos años, Fuller estaba al borde del suicidio. Su empresa de construcción había quebrado. Su hija Alexandra había muerto de meningitis. Sin ingresos y con una nueva hija que mantener, se endeudaba y bebía cada vez más. Una noche mientras vagaba por las calles de Chicago considerando lanzarse al lago Michigan y preguntándose ¿Por qué vale la pena vivir?, sorpresivamente le surgió una idea:

Realizaría consigo mismo un experimento para determinar en qué medida un individuo común podía contribuir a cambiar el mundo y beneficiar a toda la humanidad.

Como recordaría más tarde, en ese momento reexaminó sus prioridades y decidió que el propósito de su vida sería agregar valor a las personas de su generación y las siguientes. Se transformó en un conejillo de Indias de su propio experimento vital. Registró sus peripecias y pensamientos en el Dymaxion Chronofile, un archivo detallado con todos los papeles que pasaron por sus manos desde 1917 hasta su muerte en 1983. Hoy ese archivo de 140.000 documentos, se conserva en la Universidad de Stanford.

Viktor Frankl, el neurólogo y siquiatra austriaco, en su libro El hombre en busca de sentido, escribió que la felicidad, es una consecuencia de vivir una vida llena de sentido y propósito. Frankl estuvo prisionero tres años en Auschwitz y en otros campos de concentración. En esas condiciones extremas, puso a prueba sus ideas consigo mismo y con otros, para concluir que podemos hallar sentido y propósito en nuestras vidas de tres maneras:

  • Haciendo una labor significativa.
  • Amando a los demás de forma incondicional.
  • Dándole un sentido a nuestro sufrimiento.

Todos experimentamos pérdidas y sufrimientos, pero podemos elegir cómo reaccionar. El optimismo trágico es una de las enseñanzas más profundas de su legado. Frankl propone que hay espacio para aprender tanto en lo bueno como en lo malo, y que podemos crecer a partir de ambos. En sus palabras:

Son nuestras decisiones, no las condiciones, las que determinan quiénes somos.

Frankl sobrevivió a los campos de concentración nazi y ayudó a muchos otros a hacerlo. Encontró un propósito para su vida, que consistía en ayudar a otros a encontrar significado en las suyas. Según Frankl, lo que verdaderamente importa no es el sentido de la vida como teoría, sino el sentido específico que una persona le da a su vida en un momento dado. En palabras de Frankl:

Uno no debe buscar un significado abstracto de la vida. Cada uno tiene su propia vocación o misión específica en la vida para realizar una tarea concreta.

Richard Leider en su libro Repacking Your Bags, narra su experiencia de más de treinta años de viajes, conversaciones y caminatas en Tanzania con los hadza una de las últimas tribus de cazadores recolectores que siguen viviendo según sus tradiciones milenarias. En una conversación que Leider sostuvo con un viejo sabio de nombre Kampala, sobre cómo su pueblo había sobrevivido tantos años con ese estilo de vida, Kampala le preguntó:

¿Richard, sabes cuáles son los dos días más importantes en tu vida?

Leider, le dijo, claro: el nacimiento y la muerte. Kampala respondió:

Viniste hasta aquí en un avión, conduces un Land Rover, estás durmiendo en esa linda carpa, y ¿no sabes la respuesta a las dos preguntas más fundamentales que nos han ayudado a prosperar durante todos estos años?

El primer día es obvio: cuando naciste. Pero el segundo no es tan evidente. No es el día que mueres, porque este es el final del camino. No es el día en que te casas, ni el que tienes tu primer hijo: todos son importantes, pero no definen tu vida.

El segundo día más importante de nuestra vida es el día en que nos damos cuenta para qué nacimos.

Jean-Paul Sartre es contundente al afirmar que no hemos venido a nada en especial a esta vida, por lo que es nuestra labor decidir en qué queremos convertirnos y a qué queremos dedicarnos. El propósito es nuestra razón de ser. No es una meta. Una meta es algo que se puede alcanzar. Un propósito nunca se logra. Existe antes que nosotros y seguirá luego que nos vayamos. El propósito es una dirección. Lo necesitamos para definir el curso de nuestra vida. El propósito emerge de la interacción entre las posibilidades del contexto y nuestros talentos, pasiones y valores. En el libro Flow,Mihaly Csikszentmihalyi comenta:

Es cierto que la vida no tiene ningún significado, si por eso entendemos una meta suprema inherente a la estructura de la naturaleza y la experiencia humana, una meta que sea válida para todos los individuos. Pero esto no implica que a la vida no podamos darle un significado.

Entonces, tener un propósito es lo que da significado a la vida. El propósito tiene expresiones distintas en cada persona. Algunos, parece que nacen con una noción relativamente clara de su propósito. Sin embargo, la gran mayoría debemos buscarlo. Todo empeño humano significativo, tiene ideales comunes. Un propósito es más poderoso cuanto más se acerca a una verdad humana universal, cuando concuerda con los valores superiores que nos definen como especie.

Howard Gardner el psicólogo, investigador y profesor de la Universidad de Harvard, conocido por haber formulado la teoría de las inteligencias múltiples en su libro Truth, Beauty, and Goodness Reframed,afirma que la triada de los ideales trascendentales de verdad, belleza y bondad, siguen siendo las piedras angulares de nuestro pensamiento, y sirven como un medio para relevar, comprender y explicar todo tipo de propósitos humanos trascendentales. Estos conceptos se remontan hasta Platón, y se vinculan con tres disciplinas: la epistemología, la estética y la ética; es decir, las teorías del conocimiento, el arte y la moral, respectivamente. Esta tríada, es un buen punto de partida para obtener una visión general de propósitos significativos.

  • Verdad: Este tipo de propósitos se pueden definir como la búsqueda de la verdad y el conocimiento. Aprender, explorar, descubrir y expandir el conocimiento y la verdad benefician a toda la humanidad. En palabras de Gardner:

No se trata de una verdad única, sino de una pluralidad de verdades, cada una adecuada a su ámbito, pero todas falibles, todas sujetas a un continuo proceso de mejora y perfeccionamiento.

  • Belleza: Este tipo de propósitos, se refieren a la búsqueda de la armonía, excelencia y el anhelo de perfección. Normalmente, experimentamos la belleza gracias a la obra de pintores, músicos, cineastas y artesanos. Lo bello, inspira y enriquece nuestra experiencia. Gardner escribe:

La experiencia de la belleza es individual y cada vez más dependiente de la creación de objetos y experiencias que, independientemente de su origen, generan interés, son memorables y proponen una exploración posterior.

  • Bondad: La expresión más común de este tipo de propósitos es el servicio a los demás. Se basan en el altruismo y la empatía por las necesidades de los demás. Son propósitos profundamente motivadores. Se expresa en el amor, el afecto y la compasión. Gardner escribe:

Como seres humanos que vivimos en comunidad, se espera que nos comportemos de una manera moral. Eso es lo que significa ser buena persona. Como profesionales, se espera que desempeñemos nuestro trabajo de un modo ético. Estos [son los] dos aromas de la bondad.

Platón consideraba que estos tres ideales son un fin en sí mismos. Aquellos que buscan el bien quieren servir a los demás porque es intrínsecamente gratificante hacerlo, no por alguna consecuencia favorable. La búsqueda de la verdad o el conocimiento, es su propia recompensa, aunque este conocimiento se utilice o no para otro beneficio. La creación de belleza es una experiencia humana única y personal. Las personas crean belleza porque sienten un deseo interno para hacerlo. Y no es necesario, que la valoren o la experimenten otros: basta con que sea un placer para su creador.

Los ideales de verdad, belleza y bondad se complementan. Ninguno es superior, ninguno puede reemplazar a otro y no se puede prescindir de ninguno. No hay jerarquía entre lo verdadero, lo bello y lo bueno. Lo verdadero no necesita ser bello o bueno; lo bello no necesita ser verdadero ni bueno; y lo bueno no necesita ser verdadero o bello. A menudo nos enfrentamos con sus opuestos: lo falso, lo feo y lo malo. Esta tríada no puede reducirse a una dualidad sin perder algo significativo. Los tres ideales se complementan y potencian. Son una buena guía para clarificar y definir nuestro propósito.

Las vidas que vivimos emergen de las palabras que elegimos para definirla. Lo que creemos que somos es lo que acabamos siendo. Lo que buscamos es lo que encontramos. Y lo que predecimos es lo que acaba ocurriendo. Por lo tanto, las palabras que utilicemos para describir nuestro propósito son muy relevantes. Nuestro propósito es como una brújula. Nos ayuda a elegir nuestra ruta. Sostiene nuestra vida. Opera como un antídoto frente a las dificultades, el sufrimiento y la incertidumbre.

John Mackey en su libro Capitalismo consciente, además de las tres categorías de propósitos motivados por los trascendentales de verdad, belleza y bondad propone un cuarto tipo que denomina propósitos heroicos. Esta categoría, define los ideales de aquellas personas que quieren cambiar el mundo, no necesariamente a través de servicios a los demás, o del descubrimiento y la búsqueda de la verdad, o del anhelo de la belleza y perfección, sino gracias a un profundo deseo de cambiar las cosas para mejorar el mundo, resolver problemas irresolubles, emprender acciones valientes incluso cuando es muy arriesgado y lograr lo que otros consideran imposible. Propósitos encarnados en la frase de Mahatma Gandhi:

Tenemos que ser el cambio que queremos ver en el mundo.

Un ejemplo de este tipo de propósitos es el de Muhammad Yunus, el banquero y economista creador de los microcréditos y fundador del Grameen Bank en Bangladesh. Su esperanzador propósito es ayudar a acabar con la pobreza y transformar el mundo dando poder a los más pobres. Su propósito le hizo merecedor del Premio Nobel de la Paz. Yunus comenta:

Los seres humanos no son creados como buscadores de empleo. Nacen como emprendedores.

Yunus es un crítico social. En su reciente libro A World of Three Zeros, afirma que el actual modelo económico conduce inevitablemente a una desigualdad desenfrenada, un desempleo masivo y la destrucción del medio ambiente. Según Yunus, la actual crisis global es consecuencia del sistema que hemos creado. Yunus afirma:

Estamos en un momento de tremendo cambio, no lineal sino exponencial, y necesitamos llevar a nuestra sociedad a través de un proceso de transición a una de riqueza y poder distribuidos de manera más uniforme. Esto se resume en tres áreas de enfoque que son fundamentales para todo lo demás: cero pobreza, cero desempleo y cero emisiones netas de carbono.

En su libro de 1983, Grunch of Giants Fuller describió la forma en que los ricos y los poderosos usan el dinero, los bancos, el sistema educativo, el gobierno, a los políticos y a los líderes militares para mantener empobrecida a la humanidad. En sus palabras:

Están jugando con dinero… Nos están robando la riqueza a través del dinero por el que trabajamos.

Fuller se adelantó a su época, pero quizás más que el resultado de sus inventos, lo más revolucionario fue su enfoque interdisciplinario y colaborativo para identificar y resolver problemas. No tuvo miedo de abordar temas complejos, y menos a equivocarse. En su artículo On the Wisdom and the Purpose of Life, escribió:

Nunca olvides que eres único. Nunca olvides que, si no hubiera ninguna necesidad para ti en toda tu singularidad de estar en esta tierra, no estarías aquí en primer lugar. Y nunca olvides, no importa cuán abrumadores parezcan los desafíos y problemas de la vida, que una persona puede marcar la diferencia en el mundo. De hecho, siempre se debe a una persona que se producen todos los cambios que importan en el mundo. Así que sé esa persona.

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