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Evalución

Evolución

La pandemia 2020 de Covid-19, ha dejado en evidencia la selección natural y supervivencia de los más aptos en el entorno empresarial. Tras la biología se encuentran miles de millones de años de optimizaciones evolutivas, desde la asignación de recursos y la gestión de procesos hasta el instinto de supervivencia, por lo cual, creemos oportuno buscar inspiración en cómo la madre naturaleza resuelve sus crisis.

Tachi Kiuchi, ex CEO de Mitsubishi Electric y Bill Shireman, un ecologista, en What We Learned from the Rainforest comentan:

No hay ningún problema que haya enfrentado una empresa que no haya sido enfrentado y resuelto por una selva tropical.

Una selva tropical es un ecosistema en el que el apoyo mutuo entre todas las especies ha demostrado ser más eficiente y eficaz que gastar energía luchando entre especies. La evolución biológica conduce de lo simple a lo complejo. La clave para entender esta dinámica queda evidente en la secuencia de clasificación de los ecosistemas naturales:

  • Tipo I: son ecosistemas poblados por especies agresivas que establecen sus nichos, a través, de una fuerte competencia por recursos para un rápido crecimiento de su población.
  • Tipo II: son ecosistemas que agrupan varios ecosistemas en proceso de transición, conformados por ecosistemas de tipo I y tipo III.
  • Tipo III: son ecosistemas que tienden hacia la cooperación, en los que las especies se apoyan mutuamente para su mutuo beneficio, como los arrecifes de coral, los bosques y selvas tropicales.

Los ecosistemas tienden a cambiar con el tiempo hasta que se forma un sistema estable, los organismos pioneros modifican su entorno y, en última instancia, crean las condiciones, bajo las cuales organismos más avanzados pueden vivir. La sucesión ocurre en una serie de etapas que conducen a una comunidad final, esta nueva comunidad puede alcanzar un punto de estabilidad que puede durar cientos o miles de años.

La notable bióloga evolutiva Elisabet Sahtouris en EarthDance: Living Systems in Evolution señala:

Como biólogo de la evolución, es obvio para mí que los humanos somos parte de la naturaleza y que la naturaleza ha estado haciendo negocios durante miles de millones de años, si tomamos una definición amplia de negocios como la economía de ganarse la vida, de transformar los recursos en productos útiles que se intercambian, distribuyen, consumen y / o reciclan. Entonces, para hablar de la biología de las empresas humanas, simplemente podría señalar que todas nuestras empresas son sistemas formados por personas, que son seres vivos y que, por tanto, las empresas son sistemas vivos o entidades biológicas.

Eshel Ben Jacob, estudia las colonias de bacterias, en Bacteria harnessing complexity concluye que las colonias de bacterias funcionan como mentes grupales capaces de responder inteligentemente al estrés. ¿Cómo evolucionan?, en un inicio solo existen especies pioneras, luego a través de un proceso de aprendizaje evolutivo las especies descubren de su experiencia que la cooperación es buen negocio.

Las primeras personas que conforman una empresa son generalistas, células madre que realizan todas las funciones necesarias para progresar. Estas primeras células necesitan apoyo y recursos para crecer y rápidamente se hacen autosuficientes. Cuando la empresa progresa, es necesario sumar células más especializadas, miembros del equipo que puedan realizar tareas específicas con alta eficiencia y alto rendimiento. El crecimiento frecuentemente genera tensiones y conflictos, que, si son bien negociados y resueltos, aumentan la complejidad del sistema como un todo.

Para Elisabet Sahtorius el proceso de aprendizaje, maduración y evolución de los sistemas vivos, sigue una trayectoria en espiral, la que se inicia con una unidad indiferenciada, que comienza a individualizarse, esta individualización genera tensiones y conflictos, que, si son bien gestionados y resueltos, pueden hacer emerger una comunidad que coopera armónicamente, generando así una nueva unidad de orden superior en complejidad.

Adaptado de Elisabet Sahtouris

Una y otra vez, la mirada a la naturaleza muestra esta secuencia, desde la intensa competencia hasta el descubrimiento de que cooperar en forma pacífica con los competidores es un buen negocio para todos. Compartir con ellos, alimentarlos, proporcionarles un hogar, incluso ayudarlos a reproducirse, al mismo tiempo que reciclar colectivamente los recursos hace que se enriquezca todo el entorno compartido. La cooperación es la forma más eficiente y eficaz de prosperidad para los sistemas vivos, como lo demuestran los ecosistemas maduros en las selvas tropicales y los corales, capaces de crear una abundancia infinita a través del intercambio entre todos sus habitantes.

Observando la dinámica de los sistemas vivos desde células individuales hasta criaturas complejas multicelulares, y ecosistemas saludables, Elisabet Sahtouris elaboró una lista de características que deben estar presentes en cualquier sistema vivo sano:

  • Autocreación (autopoiesis)
  • Complejidad (diversidad de partes)
  • Incrustación en holones más grandes y dependencia de ellos (holarquía)
  • Autorreflexividad (autognosis-autoconocimiento)
  • Autorregulación / mantenimiento (autonómicas)
  • Capacidad de respuesta: al estrés o al cambio interno y externo
  • Entrada / salida de materia / energía / información de / a otros holones
  • Transformación de materia / energía / información
  • Comunicaciones entre todas las partes
  • Empoderamiento: pleno empleo de todos los componentes
  • Coordinación de partes y funciones
  • Equilibrio de intereses: interés propio negociado en todos los niveles de la holarquía
  • Reciprocidad de las partes en la ayuda y la contribución mutua
  • Conservación de lo que funciona bien
  • Innovación: cambio creativo de lo que no funciona bien

La enfermedad y el fracaso de un sistema vivo se producen cuando un grupo de células actúa de forma independiente al resto del equipo. El cáncer, es una analogía de las consecuencias que provoca en un organismo cuando un grupo de células decide actuar únicamente en su propio interés. El mayor desafío que enfrenta una empresa es impulsar la cooperación entorno a un propósito compartido, con objetivos y metas comunes, la empresa surge entonces como una perfecta red de colaboración entre todas sus células.

Nada existe en el vacío, los sistemas vivos y las empresas no son la excepción. Dentro de una economía globalizada la capacidad de cooperar en grupos más grandes aumenta las probabilidades de supervivencia. Cada crisis en nuestro planeta creó el estrés suficiente para que surgieran sistemas vivos con un nivel superior de complejidad. Con la naturaleza de nuestro lado la pandemia del 2020, es una gran oportunidad de evolucionar.

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