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Árbol semántico

Elon Musk tiene hasta el 28 de octubre de 2022, para concretar la compra de Twitter. Quiere transformar la empresa, agregar más servicios, atraer más usuarios, dar más libertad de expresión e incluso volver a permitir que Donald Trump twittee.

Musk quiere crear una Super App para compras, comunicaciones y pagos en línea similar a la china WeChat. Google, Snap, TikTok, Uber y otros, también han intentado crear Super Apps, sin embargo, hasta ahora ninguno lo ha logrado. En un momento en que la confianza en las plataformas se ha deteriorado tanto, es muy difícil cambiar los hábitos de las personas. Sin embargo, Musk señaló:

Comprar Twitter es un acelerador para crear X, la aplicación de todo. Obviamente, podría partir desde cero, pero creo que Twitter ayudaría a acelerar entre tres y cinco años el proceso. Así que pensé que sería útil. Sé lo que tengo que hacer.

Más que inventor, más que pensador, más que genio, Musk es el ejemplo perfecto del emprendedor que quiere cambiar nuestra vida hasta extremos que todavía no somos capaces de imaginar. Una fuente para comprender cómo funciona la mente del personaje, es el periodista Ashlee Vance, quién escribió: Elon Musk: Tesla, SpaceX, and the Quest for a Fantastic Future. Esta biografía fue escrita hace siete años, cuando la reputación de Musk aún no se había equiparado con su inmensa fortuna, por lo que tal vez, puede ser más honesta que cualquier cosa que se escriba hoy. En una reciente entrevista le preguntaron a Vance sobre el interés de Musk por Twitter. Su respuesta fue:

Cada éxito en su carrera le ha llenado de confianza, le ha alimentado el ego y su ambición. Siempre ha parecido estar en una misión de superarse a sí mismo, pero cada vez se lo pone más difícil. […] Ha pasado de ser un icono de Silicon Valley a una especie de figura tecno-religiosa a nivel global.

En un AMA (Ask Me Anything) de Reddit, le preguntaron a Musk cómo había sido capaz de lograr una comprensión tan rápida, profunda y amplia de diferentes disciplinas de ingeniería como: aeroespacial, mecánica, eléctrica, software, y todas las diversas subdisciplinas: aviónica, electrónica de potencia, ingeniería estructural, propulsión, almacenamiento de energía, inteligencia artificial, etc.

Sé que has leído muchos libros y contratas a mucha gente inteligente y asimilas lo que saben, pero tienes que reconocer que pareces haber encontrado una manera de acumular más conocimiento en tu cabeza que casi cualquier otra persona viva. ¿Cómo lo lograste?

Musk respondió:

Es importante ver el conocimiento como una especie de árbol semántico: asegúrate de comprender los principios fundamentales, en otras palabras, el tronco y las ramas grandes, antes de entrar en las hojas o detalles o no habrá nada de donde puedas agarrarte.

Disponer de estructuras fundamentales de conocimiento, proporciona la base para organizar la información nueva que aprendemos. Así como un árbol a medida que crece, se hace más fuerte, y es capaz de soportar nuevas ramas, nuestro cerebro desarrolla conexiones más sólidas al conectar la información nueva que adquiere a estructuras de conocimiento existente. La capacidad de Musk de identificar principios fundamentales de conocimiento, le han permitido revolucionar exitosamente diferentes industrias. Greg McKeown en su libro Effortless: Make It Easier to Do What Matters Most, señala que no todo el conocimiento tiene un valor duradero, sin embargo, cuando entendemos por qué pasa algo o cómo funciona tal cosa, podemos aplicar ese conocimiento una y otra vez. En sus palabras:

Un método puede resultar útil una vez para resolver un tipo específico de problema. Pero los principios se aplican de forma amplia y repetida. En el mejor de los casos, son universales y atemporales.

Elon Musk es un ejemplo concreto de que, al comprender las cosas en su nivel más fundamental, ha podido:

  • Reutilizar su conocimiento una y otra vez.
  • Identificar acciones específicas de alto impacto para mejorar drásticamente la calidad general de lo que hace.
  • Aplicar ideas de un campo a otro en formas nuevas y sorprendentes.

Charlie Munger, a sus 98 años es el vicepresidente de Berkshire Hathaway, el conglomerado controlado por Warren Buffett. Comenzaron su sociedad en 1962, con un capital de 7,2 millones de dólares. Hoy administran más de 400.000 millones. Munger está considerado como un resiliente. Fueron varios los fracasos de su vida, y sin embargo siempre salió adelante. En sus palabras:

Debes asumir que la vida será dura y preguntarte a ti mismo si lo puedes soportar y si la respuesta es afirmativa, entonces simplemente sonríe y sigue adelante.

Atribuye su éxito a dos aficiones favoritas: leer y pensar. Bill Gates, dijo sobre Charlie Munger:

Es el pensador más extenso que he conocido.

La mayoría de los inversionistas profesionales se convierten en especialistas en mercados, macro y microeconomía, instrumentos financieros, etc. Pero Munger usa un enfoque diferente. Busca lo que él llama la sabiduría mundana. Combina los aprendizajes de diversas disciplinas, como psicología, historia, matemáticas, física, filosofía, biología y muchas más. Munger considera que los hechos aislados son inútiles a menos que cuelguen juntos de un entramado de teoría. El mundo constituye un todo inseparable y no se puede comprender sin entender cada una de sus partes y el compuesto global que forma. Las mejores ideas por lo general provienen de combinar el conocimiento existente de una disciplina con aportes inusuales de otras disciplinas. Tren Griffin en su libro Charlie Munger: The Complete Investor, lo cita:

Creo en la disciplina de dominar lo mejor que otras personas ya descubrieron. No creo en sólo sentarme y tratar de imaginarlo todo. Nadie es tan inteligente.

Las ideas completamente originales no existen. Lo que sí existe son las combinaciones únicas. Los modelos mentales son la forma en que entendemos el mundo, lo que creemos respecto de nuestras experiencias y realidad. No solo dan forma a lo que pensamos y cómo interpretamos, sino que también dan forma a las conexiones y oportunidades que vemos. Ecualizan nuestra experiencia y forma de pensar. Nuestros modelos mentales operan como filtros, representan el modo en que simplificamos la complejidad. No podemos mantener todos los detalles del mundo en nuestros cerebros, por lo que utilizamos modelos para simplificar lo complejo en trozos comprensibles y organizables.

La calidad de nuestro pensamiento es proporcional a los modelos mentales que conocemos y lo pertinentes que son cuando los usamos. Cuantos más modelos tengamos disponibles, cuanto mejor sea nuestra caja de herramientas, más opciones tendremos para interpretar la realidad y mejorar nuestra toma de decisiones. Sin embargo, la mayoría de nosotros, somos especialistas. Cada especialista tiende a ver solo una parte del todo. En lugar de contar con una red de modelos mentales, tenemos unos pocos y muy específicos. Abordar la realidad compleja, desde el punto de vista de un especialista genera puntos ciegos.

Cuando un botánico mira un bosque puede centrarse en el ecosistema, un ambientalista ve el impacto del cambio climático, un ingeniero forestal el estado de los árboles, un empresario el valor de la tierra. Ninguno está equivocado, pero ninguno es capaz de describir el alcance de la complejidad del bosque. Identificar principios fundamentales, compartir conocimientos y aprender los conceptos básicos de otras disciplinas, amplía nuestra mente. La siguiente frase se atribuye a uno de los cuadernos de Leonardo Da Vinci:

Para desarrollar una mente completa: estudia la ciencia del arte. Estudia el arte de la ciencia. Desarrolla tus sentidos, especialmente aprende a ver. Date cuenta de que todo se conecta con todo lo demás.

Peter Kaufman, el editor de Poor Charlie’s Almanack, quería entender cómo funciona todo el mundo. Sus preguntas eran: ¿Por dónde empezar? ¿Qué fuentes de conocimiento eran las más útiles y las más fundamentales? Siguió el consejo de Charlie Munger, quien argumenta que la base de su pirámide intelectual son las grandes ideas de las principales disciplinas académicas. Un tremendo desafío. En sus palabras:

Desde el principio quiero decirte cuál fue mi truco, porque si tratas de hacerlo como él lo hizo, no tienes suficiente tiempo en tu vida. Es imposible. Los campos son demasiado grandes y los libros demasiado gruesos.

Kaufman, se concentró en la revista científica Discover, descubrió que todos los meses la revista publicaba una entrevista a un experto sobre un tema científico relevante. 12 meses por 12 años, 144 entrevistas a científicos de primer nivel. Cada entrevista era un resumen breve y de buena calidad de algún aspecto de la ciencia, escrito para un público no especializado, con ejemplos claros, historias interesantes y lenguaje conciso. Pronto descubrió que podía separar todo lo que estaba aprendiendo en tres grupos. En sus palabras:

Todo estadístico sabe que un tamaño de muestra grande y relevante es su mejor amigo. ¿Cuáles son los tres tamaños de muestra más grandes y relevantes para identificar principios universales? El primer grupo son los sistemas inorgánicos, tienen un tamaño de 13.700 millones de años. Incluye todas las leyes de las matemáticas y la física, todo el universo material. El segundo grupo son los sistemas orgánicos, 3.500 millones de años de biología en la Tierra. Y el tercer grupo es la historia humana, puedes elegir tu propio número, yo elegí 20.000 años de comportamiento humano registrado. Esos son los tres tamaños de muestra más grandes a los que podemos acceder y los más relevantes.

McKeown, narra que luego de estudiar todo este material, Kaufman buscó patrones en común: principios fundamentales que pudieran explicar cómo funcionaban las cosas de manera coherente, en los tres grupos.

  • En el primero encontró la tercera ley del movimiento de Newton: para cada acción hay una reacción igual opuesta. En otras palabras, entre más fuerza ejerzas sobre algo, más fuerza ejerce esa cosa de regreso.
  • En el segundo encontró el ejemplo de Mark Twain sobre qué pasa si agarras a un gato por la cola: te atacará.
  • En el tercero descubrió algo similar: como tratamos a otras personas es como nos tratarán a nosotros.

Lo común fue un principio que Kaufman llamó reciprocidad reflejada o, en términos más simples, recibes lo que das. La idea de Kaufman, es que podemos aprender el conocimiento más fundamental de las tres disciplinas más desarrolladas:

  • La física y las matemáticas, de las cuales derivamos las reglas por las que se rige el universo.
  • La biología, de la que derivamos las reglas por las que se rige la vida.
  • La historia humana, de la que derivamos las reglas con que los seres humanos hemos funcionado.

Con este marco de referencia, en la serie de libros The Great Mental Models: General Thinking Concepts, Kaufman se ha dedicado a explorar ideas, buscando conexiones y principios fundamentales entre las grandes y amplias áreas de conocimiento. McKeown escribe:

Ser bueno en lo que nadie hace es mejor que ser bueno en lo que todos hacen. Pero ser un experto en algo que nadie hace es más valioso de forma exponencial.

Aprovechar lo que otros saben, es el primer paso, pero el objetivo final es identificar un área de conocimiento único y desarrollarlo. En un famoso discurso Charlie Munger resumió su enfoque de la sabiduría elemental y práctica:

Bueno, la primera regla es que no se puede saber nada realmente si sólo se recuerdan hechos aislados y se trata de replicarlos. Si los hechos no se unen en un entramado de teoría, no los tendrás en una forma utilizable. Tienes que tener modelos en tu cabeza. Y tienes que organizar tu experiencia, tanto indirecta como directa, en este entramado de modelos. Es posible que hayas notado estudiantes que solo intentan recordar y repetir lo que recuerdan. Bueno, fracasan en la escuela y fracasan en la vida. Tienes que colgar la experiencia en un entramado de modelos en tu cabeza.

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