adaptación

Dinámica del cambio

En la década de 1970, Paul MacLean propuso la teoría del cerebro tripleSegún MacLean, los seres humanos tenemos tres cerebros: el reptiliano, el sistema límbico y la neocorteza. Las posteriores investigaciones de Roger Sperry, con las que obtuvo el Premio Nobel de Medicina, validaron la especialización funcional de nuestro cerebro. Michael Gazzaniga, discípulo de Sperry, en The Consciousness Instinct, señala:

Es mucho más fácil caminar, hablar y mascar chicle a la vez si existen muchos sistemas modulares que funcionan de manera independiente, en lugar de un solo sistema intentando coordinar todas las acciones.

La biología y fisiología ha demostrado que nuestro cerebro evolucionó con una arquitectura modular estratificada. Este diseño biológico ofrece grandes ventajas porque percibimos la realidad desde diferentes perspectivas. El problema es que con frecuencia entran en conflicto porque operan con reglas y objetivos diferentes.

Stephen Covey en su libro El octavo hábito, afirma que en el contexto actual alcanzar un alto desempeño ya no es opcional, es obligatorio. Covey desafía a los líderes a encontrar su propia voz, buscar el alto desempeño, y en el camino influenciar a otros a que también encuentren la suya propia. Covey, reconoce la dificultad de los procesos de cambio y concuerda que el principal obstáculo radica en armonizar nuestros diversos objetivos y necesidades. Identifica cuatro:

  1. Supervivencia: Es la dimensión del cuerpo con sus necesidades físicas. Refiere a satisfacer nuestros requerimientos básicos de subsistencia, comodidad y placer.
  2. Relaciones: Es la dimensión de las emociones, que necesita la aceptación y el respeto de otras personas, demanda reconocimiento y afecto de un grupo de pertenencia.
  3. Crecimiento: Es la dimensión intelectual, que necesita comprender el mundo que nos rodea, manipular el entorno y utilizar los recursos disponibles. Demanda desafíos creativos.
  4. Trascendencia: Es la dimensión de la conciencia. Surge de las anteriores y nos insta a buscar un propósito significativo, una causa, una idea, algo más grande que nosotros mismos.

Este modelo de la naturaleza humana, no es nada nuevo, ya aparece en uno de los textos más antiguos del hinduismo, el Katha Upanishad, datado en el año 600 a.C. En ese texto se compara al ser humano con un carruaje tirado por caballos, con un cochero y un pasajero, que avanzan por un camino.

El carruaje representa al cuerpo físico, los caballos nuestras emociones, el cochero nuestra mente y el pasajero nuestra conciencia. El camino simboliza el viaje de la vida. Para avanzar adecuadamente y llegar al destino, necesitamos de un carruaje en buen estado, caballos vigorosos y un hábil cochero. Sin embargo, a veces, caballos muy fuertes o mal dirigidos pueden dañar el carruaje y hacer fracasar el viaje. Un cochero negligente puede maltratar a los caballos y descuidar la mantención del carruaje. Como el pasajero es el único que conoce el camino, el cochero debe estar dispuesto a escucharlo y atender sus indicaciones.

Al igual que Covey con sus consejos para el cambio y el alto desempeño, los antiguos sabios y alquimistas se ocupaban de comprender y enseñar cómo los seres humanos podemos vivir adecuadamente y resolver nuestros desafíos de vida. Para transmitir sus enseñanzas ocupaban símbolos y referencias arquetípicas. Una de las más antiguas y sorprendentes es el acertijo de un hombre que debe cruzar un río, con un lobo, una cabra y un repollo. Los registros encontrados de este acertijo, se remontan al menos al siglo IX, en el manuscrito medieval Propositiones ad Acuendos Juvenes. La misma estructura del acertijo se ha encontrado en el folklore de los afroamericanos de Camerún, las islas de Cabo Verde, Dinamarca, Etiopía, Ghana, Italia, Rumania, Rusia, Escocia, Sudán, Uganda, Zambia y Zimbabwe.

Otra versión del acertijo aparece en una leyenda china que está registrada en un panel pintado del siglo XVIII por el artista japonés Maruyama Ōkyo. Según esa leyenda, un tigre tiene tres cachorros, pero uno de ellos es un leopardo, que es más feroz que los demás. La representación muestra a la familia de tigres cruzando un río, con la madre cargando a un cachorro a través del río a la vez, preguntando cómo la madre puede hacer esto sin dejar al cachorro de leopardo solo con cualquiera de los otros cachorros de tigre. La misma variación del rompecabezas se ha registrado como un koan en un templo zen en Kioto.

Marcia Ascher, en su artículo A River-Crossing Problem in Cross-Cultural Perspective, explica que estos acertijos y sus muchas variantes representan formas de disfrazar ideas filosóficas a través de problemas matemáticos que invitan a intentos de solución que van desde la prueba y error, hasta análisis muy complejos. Escribe:

Los acertijos de historias son expresiones de sus culturas y, por lo tanto, se verán variaciones en los personajes, los escenarios y la forma en que se enmarca el problema lógico.

Desde el punto de vista matemático, la solución a este acertijo aparece en Alcuino of York (735-804) que hace referencia a Carlomagno. Una segunda solución es atribuida al matemático francés Chuquet en 1484, y otras más antiguas en Latin hexameter. Hoy este problema es abordado utilizando métodos teóricos de grafos, mediante programación dinámica, o programación lineal entera.

Junto con el desafío matemático, este acertijo, demuestra que sabios y maestros de diferentes culturas, lugares y épocas, coinciden en la representación de la naturaleza humana, su dinámica conflictiva interna y la estrategia adecuada para abordar los desafíos de transformación y cambio.

El acertijo, consiste en que un día, un granjero fue al mercado y compró un lobo, una cabra y un repollo. Para volver a su hogar tiene que cruzar un río. Para hacerlo dispone de un bote, pero solo puede cruzar con una de sus compras por viaje. La dificultad surge porque si los deja solos, la cabra se comerá al repollo y el lobo se comerá a la cabra.

¿Cómo se las arregla el granjero para transportarlos a todos sin perder a ninguno?

En total, necesita hacer siete viajes. La secuencia es fundamental. La clave es reconocer que es posible recuperar las cosas. Se pueden hacer movimientos retrógrados.

El repollo, la cabra y el lobo, representan la naturaleza física, emocional, y racional del ser humano. La unidad que en muchas condiciones vemos disociada. La condición de esta historia, es que no se puede dejar solos al lobo con la cabra (razón y emoción) o a la cabra con el repollo (emoción y cuerpo). El factor común es la cabra (las emociones). Sin la atención del granjero (conciencia) las partes se pueden destruir. La característica de que solo se puede movilizar una parte a la vez impone la lógica de la secuencia lineal y representa también nuestra limitada capacidad de atención. Revisemos la solución ancestral a la dinámica del cambio:

  • Estado 0: Punto de partida, mundo conocido. El granjero está en su mundo conocido. Todo le resulta familiar y estable. Este punto representa nuestra vida normal antes que los problemas comiencen.
  • Estado 1: Inquietud, buscar claridad. Cómo hemos dicho, el granjero va al mercado y compra un lobo, una cabra y un repollo. Para volver a su hogar tiene que cruzar un río, dispone de un bote, pero solo puede cruzar una compra por viaje. El problema es que si el lobo se queda solo con la cabra se la comerá y si la cabra se queda sola con el repollo se lo comerá también. En este punto, tomamos conciencia de la situación conflictiva en que nos encontramos, la dificultad, las limitaciones y las necesidades. La clave es alcanzar claridad sobre el propósito que anhelamos y comprender el desafío específico en que nos encontramos. Queremos llegar a casa, pero antes necesitamos realizar cambios relevantes en nuestra vida.
  • Primer viaje: Conectar con las emociones. En el primer viaje, el granjero cruza a la ribera de destino con la cabra, mientras deja en la orilla de partida al lobo con el repollo. El objetivo de esta primera transición es tomar conciencia de nuestras emociones, viajar con ellas a la orilla de destino y evitar que destruyan nuestro viaje.
  • Estado 2: Conflicto, desear el cambio. El granjero llega a la ribera de destino con la cabra. En la orilla de origen permanecen el lobo y el repollo. En este estado, analizamos y ampliamos la comprensión de las condiciones del estado futuro que deseamos y del esfuerzo que necesitamos realizar para alcanzarlo. Necesitamos generar suficiente energía emocional para el proceso de cambio en que estamos.
  • Segundo viaje: Soltar paradigmas. En este viaje el granjero regresa solo a la ribera de origen. Dejó a la cabra en la orilla de destino. El lobo y el repollo lo esperan en la ribera de origen. El propósito de esta transición es abandonar creencias, emociones y sensaciones preexistentes, para estar abierto a nuevas intuiciones.
  • Estado 3: Dejarse influenciar, voluntad para hacer. En la ribera de origen, el granjero se encuentra con el lobo y el repollo, mientras la cabra está en la orilla de destino. En este estado sin apegos emocionales, nos abrimos a impulsos externos que aporten nueva información, energía o recursos que apoyen nuestra transformación.
  • Tercer viaje: Pasar a la acción. En este viaje, el granjero cruza el rio a la orilla de destino con el repollo. Mientras deja al lobo en la ribera de origen. El propósito de esta transición es ponernos en marcha, actuar, movilizarnos. Damos un primer paso para avanzar.
  • Estado 4: Hábitos, aumentar la necesidad. En la ribera de destino el granjero con la cabra y el repollo. El granjero debe estar muy atento porque la cabra intentará comerse al repollo. El lobo sigue en la ribera de origen. En este estado, hay conflictos, reconocemos e identificamos creencias y hábitos recurrentes y limitadores. Contradicciones, obstáculos, impedimentos y dificultades que provocan tensiones y se deben superar, para que el cambio ocurra. Se comienzan a modelar nuevas soluciones, métodos y prácticas.
  • Cuarto viaje: Movimiento retrógrado. En el cuarto viaje, el granjero regresa con la cabra a la ribera de origen, para evitar que se coma al repollo, que ya está en la ribera de destino. El lobo sigue esperando en la orilla de origen. El propósito de este movimiento retrógrado es conectar con las emociones que teníamos en el lugar desde donde partimos, es una transición difícil pero necesaria.
  • Estado 5: Trabajo, aumentar la productividad. Llega a la ribera de origen el granjero con la cabra donde encuentra al lobo. Debe estar atento porque el lobo intentará comerse a la cabra. El repollo ya está en la ribera de destino. En este estado, hay tensiones para ejecutar adecuadamente las nuevas tareas que se necesitan para avanzar a la meta. Se revisan y ajustar los nuevos modelos, métodos y prácticas.
  • Quinto viaje: Cristalizar. En el quinto viaje, el granjero cruza a la orilla de destino con el lobo y lo deja con el repollo. La cabra se queda en la ribera de origen. El propósito de esta transición es conectar con nuestra racionalidad para identificar claramente las acciones necesarias que permitan concretar los cambios y transformaciones buscadas.
  • Estado 6: Evaluar, tomar conciencia. En la ribera de destino, el granjero, el lobo y el repollo. La cabra sigue en la ribera de origen. En este estado sin apegos emocionales, se revisa y evalúa lo realizado y avanzado.
  • Sexto viaje: Una nueva perspectiva. En el sexto viaje, el granjero regresa solo a la ribera de origen a buscar a la cabra. El lobo y el repollo ya están en la ribera de destino. El propósito de esta transición es liberarse de creencias, emociones y sensaciones, para abrirse a las intuiciones que surjan del proceso y avances realizados.
  • Estado 7: Aprendizaje, aprender haciendo. En la ribera de origen, el granjero y la cabra solos. En la ribera de destino el lobo y el repollo. En este estado, se contempla el potencial y posibilidades de los nuevos modelos y soluciones implementadas.
  • Séptimo viaje: Celebrar. En este viaje el granjero cruza finalmente con la cabra a la ribera de destino, donde lo esperan el lobo y el repollo. En esta transición, nos conectamos con nuestras emociones para reconocer los logros de lo hecho y mantener la tensión creativa.
  • Estado 8: Meta, reflexionar sobre el proceso. En la ribera de destino el granjero, el lobo, la cabra y el repollo, juntos y todos a salvo. Se ha llegado a la meta y se reflexiona sobre el proceso realizado. Se aprende de los éxitos y fracasos.
  • Estado 9: Vuelta a casa, una nueva identidad. El granjero retorna a su hogar con sus compras, sanas y salvas. Logro del propósito trascendente. Fin de un ciclo. Consolidar aprendizajes. Y desde este nuevo nivel, prepararse para otro desafío.

La cabra es la que más viaja. Las emociones son fundamentales en todo proceso de cambio. En The Upward Spiral el neurocientífico Alex Korb explica que cada módulo especializado de nuestro cerebro tiene conexiones específicas con otras regiones:

Hay un circuito en tu cerebro que te ayuda a decidir a qué prestar atención y qué ignorar. Este circuito de atención está influenciado por el circuito de la emoción, de manera que nuestros cerebros están conectados para prestar más atención a las situaciones emocionales. Tienes un cierto control consciente sobre esto, pero en su mayor parte es algo automático e inconsciente.

Los sabios y alquimistas tenían clarísima la relevancia de nuestras emociones en todo proceso de cambio. En Meetings with Remarkable Men, George Ivanovich Gurdjieff cita el acertijo del lobo, la cabra y el repollo y comenta:

Este acertijo popular muestra claramente que… no sólo por medio del ingenio que todo hombre normal debe tener, sino que además no debe ser perezoso ni escatimar sus fuerzas, debe estar dispuesto a cruzar el río varias veces para alcanzar sus objetivos.

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