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neotribalismo

NEOTRIBALISMO

Los All Blacks son el equipo de rugby más exitoso de la historia, incluso se ha dicho que son el equipo más exitoso en cualquier disciplina. Cuando los adversarios se forman delante de ellos, deben enfrentan el haka. Los maoríes creen que el haka invoca la fuerza de sus ancestros quienes los ayudarán en el desafío. Los equipos rivales observan el haka de diferentes maneras. Algunos tratan de ignorarlos, otros avanzan hacia ellos, la mayoría se paran hombro con hombro, cualquiera sea la respuesta externa, por dentro los rivales saben que están frente a más que una selección de quince jugadores individuales. Están enfrentando un equipo, una cultura, una identidad, un sistema de creencias, una pasión y un propósito colectivo que superan todo lo que hayan enfrentado antes.

Llegar a ser un All Black significa convertirse en custodio de un legado cultural. La tarea es dejar la camiseta en un mejor sitial. La humildad, expectativas y responsabilidad que esto conlleva los inspira a ser los mejores del mundo. ¿Qué significa ser un All Black?, ¿qué significa pertenecer a una tribu fuerte?

Las tribus proporcionan a las personas límites físicos claros, estándares sociales y éticos, un lenguaje común y, sobre todo, protección. La tribu otorga una identidad y sentido de pertenencia donde el autoconcepto del “yo” está supeditado al “nosotros”.

La tribu define límites al comportamiento individual y colectivo en dos aspectos:

  • Intelectualmente, a través del respeto, reconocimiento y distinción.
  • Físicamente, a través de la confianza, cuidado mutuo y amor.

No es de extrañar entonces que, aunque la humanidad ha evolucionado a una sociedad de masas, con estructuras jerárquicas y altamente complejas, cuando los seres humanos estamos en una situación de grupo, mantenemos actitudes y comportamientos tribales.

En el libro Beyond Civilization: Humanity’s Next Great Adventure, Daniel Quinn sostiene que el estilo de vida tribal no es perfecto, pero es instintivo y ha funcionado por más de tres millones de años.

Las tribus estaban constituidas por mil a dos mil individuos. La comunidad tribal a su vez se dividía en clanes de aproximadamente ciento cincuenta individuos, dependiendo del ecosistema en que habitaban. El antropólogo Robin Dunbar, indica que la cifra 150 representa el número máximo de personas que podemos llegar a conocer lo suficientemente bien para sostener una interacción social significativa, más allá de eso, el grupo comienza a dividirse.

Los clanes operaban con un sistema social de diferenciación e integración, es decir, el clan se dividía dinámicamente en bandas más pequeñas de 30 a 50 miembros, para desarrollar tareas específicas y luego se volvían a integrar como un todo cohesivo.

El neotribalismo, surge entonces como un concepto sociológico que postula que los seres humanos hemos evolucionado para vivir y realizarnos en comunidades tribales, en oposición a la sociedad de masas actual. Quinn concluye que:

  • Ha habido dos modos básicos de existencia social en la historia de nuestra especie: el modo tribal y el modo civilizacional.
  • El modo tribal de existencia social se desarrolló mediante un proceso de selección natural y funciona bien dondequiera que se le dé espacio para operar y se aplique de manera competente.

Sin embargo, el instinto tribal se ha ido destruyendo en gran medida por el creciente individualismo. Un equipo de investigación de la Universidad de Waterloo y de la Universidad de Arizona estudiaron las causas del individualismo y concluyen que la causa más probable es el consumismo y la forma de trabajo. Sostienen que el trabajo nos ha individualizado tanto que sólo importan los resultados; cuanto más dinero y cuanto más poder, mejor. La vorágine laboral y económica en que estamos insertos, nos impulsa a un individualismo que acaba por perjudicar nuestra calidad de vida.

Ray Immelman en Great Boss, Dead Boss, argumenta que los seres humanos estamos programados genéticamente para agruparnos en tribus. Así el comportamiento de los individuos deriva de su interacción con los miembros del grupo, afectando variables psicológicas profundas como la necesidad de seguridad y de autoestima.

Para Immelman, el equivalente moderno de la tribu es la comunidad intencional. En una empresa las personas se autoorganizan naturalmente en grupos, se identifican primeramente con sus equipos directos y luego con el grupo mayor. Si bien pueden identificarse con su empresa, su primera lealtad es con su grupo directo. Las personas naturalmente quieren hacerlo bien, y cuando se identifican con el propósito de su empresa y grupo, se predisponen a realizar un trabajo de calidad, ya que disfrutan del reconocimiento de sus pares y la seguridad que el grupo les proporciona.

La mayoría de las empresas se esfuerzan para crecer sin límites, mucho más allá del tamaño natural de la tribu. Y la mayoría de los equipos son mucho menores al tamaño de las bandas. Si la estructura organizacional está en conflicto con la formación natural de estas tribus, los equipos de trabajo probablemente serán disfuncionales.

Las empresas que comprenden esta tendencia humana de socializar, proporcionan el contexto para que los grupos se formen natural y constructivamente, impulsan la creación de una “super-tribu” empresarial compuesta por “sub-tribus”, y equilibran las recompensas individuales y las tribales.

Ya sea que desee cambiar el sistema político o económico, detener el calentamiento global, reformar la educación, impulsar la innovación o cualquier otra cosa, la respuesta está en cómo el significado y la comprensión de lo que debe hacerse surge de la conversación en comunidad con personas que ama, gente que comparte el mismo propósito y disfruta de la seguridad y el aprecio de los miembros de esa comunidad intencional.

Brad Thorn es uno de los jugadores de rugby más exitosos de todos los tiempos. Su consejo a los All Blacks más jóvenes es que “los campeones dan un poco más”. Primero en llegar al gimnasio y último en irse, siempre agrega algo extra al final de cada rutina: una repetición más, diez minutos más, una serie más, un circuito extra. Sin pasión no pasa nada extraordinario. Los miembros de una tribu fuerte se apasionan por su empresa y lo que ésta hace.

En el libro Legacy: What the all Blacks can Teach us About the Business of Life, James Kerr relata:

Cuando un jugador llega a los All Blacks, recibe un pequeño libro negro, encuadernado en cuero. La primera página muestra una camiseta, la de los Originales de 1905. En la página siguiente hay otra camiseta, la de los Invencibles de 1924, y en la que sigue, otra camiseta, y otra, y así sucesivamente hasta llegar a hoy. Las páginas siguientes de este libro All Black recuerdan los principios, los héroes, los valores, las pautas, el código de honor, la personalidad del equipo. El resto de las páginas está en blanco. A la espera de que las llenen. Es el momento de dejar tu marca, dicen. Tu contribución. Es tiempo de dejar un legado. Tu legado. Es tu tiempo.

El desafío entonces es impulsar comunidades humanas éticas, sinérgicas y simbióticas, conformadas por personas apasionadas que viven y disfrutan de un sueño productivo común.

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