transformación digital

Pandemia, sociedad de la cuarentena, y transformación digital.

Un efecto “colateral” de la actual pandemia de Covid-19 ha sido el uso creciente e intensivo de tecnologías de información en diferentes ámbitos de nuestra vida, al extremo que Claudio Muñoz, presidente de Icare, en una reciente exposición señaló que “la transformación digital ha sido el legado de la pandemia…”.

Transformación digital, es un concepto creado en el Center for Digital Business del MIT, quienes lo definen como el proceso mediante el cual las empresas reorganizan sus métodos de trabajo y estrategias, para obtener más beneficios gracias a la implementación de las nuevas tecnologías. Perfecto, pero ¿cuáles pueden ser sus efectos?

En una reciente entrevista realizada por correo electrónico a Byung-Chul Han, respecto a su trabajo La desaparición de los rituales, señala que:

“La pandemia ha dado lugar a una sociedad de la cuarentena en la que se pierde toda experiencia comunitaria. Como estamos interconectados digitalmente, seguimos comunicándonos, pero sin ninguna experiencia comunitaria que nos haga felices. El virus aísla a las personas. Agrava la soledad y el aislamiento que, de todos modos, dominan nuestra sociedad. Los coreanos llaman corona blues a la depresión consecuencia de la pandemia.”

Las tecnologías y prácticas digitales incorporadas durante esta Pandemia, han permitido dar continuidad a muchas actividades, y es esperable que su uso continúe, se expanda y profundice post-Pandemia.

Marshall Mc Luhan intuyó que el medio es el mensaje, y nos invitó a comprender que cualquier tecnología que actúa como soporte comunicativo impacta nuestros cuerpos, mentes y emociones.

Cualquier tecnología comunicacional, al codificar y decodificar el mundo, siempre abre y/o cierra mundos. El cambio tecnológico no es aditivo, es ecológico. Un nuevo medio no añade algo, lo cambia todo, después que se inventara la imprenta, no teníamos la vieja Europa más la imprenta, teníamos una Europa diferente.

La transformación digital, con Pandemia o no, se focaliza en procesos y eficiencia, aspectos “mentales” del ser humano, sin embargo, filtra, pule y elimina emociones y cuerpos, aumentando el desbalanceado “tricerebro” que nos constituye como especie.

La transformación digital tiene menos que ver con la tecnología y mucho más con las personas. La escisión entre la cultura humanista y la cultura tecnológica es nefasta tanto para la una como para la otra. Edgar Morin señala que se hace necesario en forma urgente conectar la ciencia y tecnología con la reflexión ética y política, en el entendido que la capacidad humana de pensar la humanidad evolucione a la par con el conocimiento científico y tecnológico.

Como Winston Churchill aconseja, nunca debemos desperdiciar una buena crisis, por lo tanto el regalo adicional de esta Pandemia, es considerar la transformación digital no sólo como un ámbito del hacer y saber, sino también y sobre todo un ámbito del ser y del comprender.

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