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Manejo de crisis

Juan Manuel Fangio es considerado uno de los pilotos de Fórmula 1 más destacados de todos los tiempos. El 4 de agosto de 1957, en el Gran Premio de Alemania en el mítico Nürburgring, el circuito más largo y peligroso del mundo, conocido como el ‘infierno verde’Fangio, corrió uno de sus últimos grandes premios. Era el piloto dominante. Lo había ganado todo. Cuatro campeonatos del mundo y 23 grandes premios, pero en esa ocasión no era suficiente. Su Maserati ya no era el vehículo más potente, estaban los Ferraris y tenía 46 años. Nunca nadie había ganado un campeonato del mundo con esa edad. Los pilotos de Ferrari podrían haber sido sus hijos. Necesitaba una estrategia. El biólogo y geógrafo Jared Diamond, ha dedicado su vida a investigar situaciones como éstas. En su libro Sociedades comparadas (2016), afirma que la mayoría de nosotros sufrimos una crisis personal grave al menos una vez en la vida; es decir, nos encontramos ante un problema que consideramos imposible de resolver con los métodos que hemos solido utilizar, lo cual nos sume en un mar de dudas acerca de nuestra identidad, nuestros valores y nuestra visión del mundo. Escribe:

Las personas y los grupos humanos de todos los niveles, desde los individuos a los países y el mundo entero, se enfrentan a crisis y a presiones en favor del cambio. Las crisis pueden deberse a presiones externas o a presiones internas. Para sobrellevar adecuadamente esas presiones externas e internas es preciso introducir cambios selectivos. Así es tanto en el caso de las naciones como en el de los individuos.

Diamond, profundizó en este tema y basado en estudios clínicos, casos históricos, y análisis institucionales en su posterior libro Crisis (2019), propuso que las crisis comparten 12 factores universales aplicables a individuos, organizaciones y naciones. Estos no son lineales, sino interdependientes, y su efectividad determina la resiliencia del sistema. Según Diamond ‘las crisis son puntos de decisión donde lo que se preserva define tanto el futuro como lo que se transforma’. Tomando como ejemplo la hazaña de Fangio y sus declaraciones, a continuación, se detalla cada factor:

  1. Reconocimiento de encontrarse en una situación de crisis. Según Diamond, lo primero es admitir que estamos en una crisis real, evitando la negación o minimización, ya que la negación solo impide movilizar recursos.

Fangio identificó antes de la carrera la superioridad de los Ferrari. Usaban neumáticos duros y tanques de combustible grandes que les permitirían recorrer las 22 vueltas del circuito sin hacer paradas en boxes. Su Maserati con neumáticos más blandos requería reabastecimiento. Reconocer esta condición, le permitió definir una estrategia. ‘Decidimos entonces salir con medio tanque de nafta para estar más livianos. Mi mecánico-jefe, Güerino Bertocchi, me pidió que sacara por lo menos treinta segundos y que con esa ventaja ellos se comprometían a cambiarme las dos gomas traseras y recargar nafta. Ya habíamos hecho varios ensayos y necesitaba ese plazo para el operativo’. Su vehículo pesaría menos y podría tomar ventaja ante sus rivales, antes de la necesaria parada en boxes. La estrategia funcionó. En la vuelta 12, llevaba 29 segundos de ventaja sobre los dos Ferraris y paró. En esa época las paradas en boxes eran impensables y esta particularmente fue un desastre. Hasta se les cayó una tuerca a los mecánicos. Se pasó más de un minuto parado. Cuando volvió a la carrera, iba tercero y a más de 48 segundos detrás de los Ferraris.

  1. Aceptación de la responsabilidad personal de hacer algo. El segundo factor, es rechazar el rol de víctima y asumir la responsabilidad sobre la solución. Sin responsabilidad, no hay acción efectiva.

Fangio, asumió el riesgo de la parada programada sin culpar a su equipo tras el error: ‘La carrera está perdida, pensé… pero decidí arriesgarlo todo’. Aunque los mecánicos demoraron mucho más de lo programado, Fangio se centró en su rol: ‘Depende de mí recuperar el tiempo’. Muchos hubieran tirado la toalla, pero no Fangio. Diamond vincula este factor con la transición de ‘víctima’ a ‘protagonista’ en crisis personales.

  1. Delimitar e identificar el problema. No todo está roto. Delimitar el problema implica identificar qué aspectos cambiar y qué preservar. El cambio total desintegra los sistemas.

Fangio, con neumáticos nuevos, con combustible a mitad de carga, con peso mínimo, realizó cambios específicos. Usó marchas más altas en curvas, tomó trayectorias más agresivas y aceptó derrapes controlados. Pero se aseguró de mantener la integridad mecánica del motor. ‘Conocía muy bien aquel circuito […] Comprobé que, arriesgando un poco más, si podía mantener la trayectoria correcta’. La presión extrema agudiza los sentidos. Y así, poco a poco, vuelta a vuelta, recuperó la distancia con los líderes.

  1. Obtención de apoyo externo material y emocional de otros individuos y grupos. En medio de una crisis es fundamental buscar apoyo material, técnico o emocional de pares o aliados. El aislamiento agrava la crisis.

Bertocchi (jefe de mecánicos) le actualizó a Fangio sobre las posiciones de los Ferrari durante la parada en boxes, permitiéndole ajustar su ritmo. Además, la elección inicial de neumáticos blandos fue una decisión técnica colectiva. Bertocchi no solo dio datos; su confianza reforzó la de Fangio.

  1. Adopción de ejemplo y modelo de otras personas que superaron problemas similares. Aprender de otros que superaron crisis similares evita ‘reinventar la rueda’.

Fangio imitó técnicas de rivales como el manejo en las líneas de frenado en curvas cerradas y trayectorias agresivas. Diamond destaca este factor como ‘evitar reinventar soluciones en momentos de crisis’.

  1. Fortalecer la confianza en uno mismo. Para manejar el estrés de una crisis, es clave reforzar la confianza en la identidad propia. Una identidad sólida actúa como ancla.

Fangio confió en su experiencia. Su autoeficacia, respaldada por 30 años de carrera, le permitió mantener la calma tras el error en boxes. Diamond vincula este factor a la tolerancia a la frustración desarrollada desde la infancia.

  1. Autoevaluación honesta. Podría ser peor. Consiste en realizar un análisis realista de fortalezas, debilidades y recursos disponibles. La autoilusión conduce a soluciones erróneas.

Fangio, reconoció debilidades y fortalezas. Los Ferrari eran superiores en curvas cerradas. Pero su Maserati era mejor en rectas y curvas rápidas. Esto lo llevó a cambiar su estilo de manejo: ‘Comencé a poner marchas más altas: donde siempre ponía la segunda marcha, puse tercera; donde ponía tercera, puse cuarta y donde ponía la cuarta, puse la quinta’.

  1. Experiencia de crisis anteriores. Esta también pasará. Uso de aprendizajes históricos como recursos para la acción. La memoria colectiva/individual genera resiliencia.

Fangio, recurrió a vivencias anteriores: en 1956, ya había competido en Nürburgring y experimentado desgaste de neumáticos y en Mónaco 1950, fue capaz de remontar desde posiciones retrasadas con clima adverso. Fangio aplicó lecciones de resistencia física y gestión de errores.Diamond señala que ‘el aprendizaje histórico es un recurso crítico’.

  1. Paciencia. Tolerar la incertidumbre, la ambigüedad y los fracasos de nuestros primeros intentos. Es fundamental ser tolerantes a procesos graduales e incertidumbre. Las soluciones rápidas suelen ser superficiales.

Tras los errores en boxes, Fangio esperó 2 vueltas para que los neumáticos nuevos alcanzaran la temperatura adecuada antes de atacar. Lo que Fangio preservó (su serenidad) fue tan vital como lo que cambió (su agresividad). Diamond vincula la paciencia con resultados exitosos en crisis prolongadas.

  1. Flexibilidad. No hay solo un camino. Consiste en la capacidad de ajustar tácticas sin abandonar los valores centrales. La rigidez profundiza el problema.

Fangio, adaptó su estilo de manejo dinámicamente: tomó curvas sin reducir marcha con derrapes controlados, usó el ancho total de la pista incluyendo zonas de pasto para acortar distancia, y modificó trayectorias según el desgaste de los neumáticos. Diamond señala que la inflexibilidad profundiza la crisis.

  1. Fortalecer las creencias y valores fundamentales. Los principios y valores sólidos guían el cambio. Dan coherencia y legitimidad a las transformaciones.

Fangio estaba ‘decidido a todo’. Sin embargo, preservó su filosofía de excelencia técnica y deportividad. Evitó choques agresivosTras ganar, los pilotos de Ferrari: Collins y Hawthorn lo abrazaron, reconociendo su ética. Según Diamond, los valores son ‘anclas identitarias’ durante las crisis.

  1. Soltar las restricciones y creencias limitadoras. Consiste en tener la libertad para implementar soluciones sin limitaciones externas paralizantes. Restricciones extremas bloquean la acción.

La autonomía de Maserati le permitió a Fangio gestionar el ritmo y recursos mecánicos de su motor, que respondió a exigencias extremas sin fallas. Diamond destaca que la libertad de acción facilita las soluciones.

En esta carrera, Fangio rompió el récord del circuito de Nürburgring 9 veces y consiguió alcanzar y superar a los Ferrari en la última vuelta. Le ganó a Hawthorn por 3,6 segundos y a Collins por 35,6 segundos. Lo llevaron en andas al podio. La crisis creó las condiciones para lo extraordinario. En palabras de Fangio:

Cuando terminó la carrera Hawthorn y Collins me esperaron eufóricos, como si ellos hubiesen sido los ganadores. No se cansaron de felicitarme. Me abrazaron. Fue realmente muy emotivo. Eran dos muchachos que me estimaban de verdad. Realmente me emocionó ese respeto hacia mí.

El abrazo de Hawthorn y Collins no fue solo deportividad. Fue el reconocimiento que Fangio había ampliado los límites del deporte. La hazaña de Fangio se considera una de las más grandes de la Fórmula 1, y valida el modelo de Diamond al demostrar que los factores son interdependientes: La autoevaluación honesta permitió la flexibilidad, mientras la experiencia pasada sustentó la paciencia. En palabras de Diamond:

Las crisis son puntos de inflexión donde el diagnóstico honesto, la identidad preservada y la flexibilidad táctica convierten el desastre en oportunidad.

Álvaro Pascual-Leone, profesor de neurología en la Escuela de Medicina de Harvard ha estudiado cómo el cerebro se adapta a nuevas situaciones. En su charla Fangio y lo que aprendí sobre el cerebro, afirma que todos tenemos la responsabilidad de ser pilotos de nuestras vidas. Tenemos que conocer nuestros talentos y arriesgarlos todos con coraje, con propósito y con una estrategia definida. Sin embargo, también tenemos que aceptar que los imprevistos ocurren. Son parte de la vida. Son oportunidades para hacernos mejores. Comenta:

En este empeño tenemos que regular los esfuerzos. Tenemos que acelerar al máximo cuando podemos, tenemos que frenar en el momento adecuado, tenemos que forzar las marchas, tenemos que reducir en el momento requerido.

Aunque quizá lo más importante, es que tenemos que hacer las paradas en ‘boxes’ en el momento adecuado. Tenemos que parar antes de que se rompa todo, pedir y aceptar ayuda. ‘Cambiar marchas’ exige reconfigurar redes cerebrales. Una parada en boxes puede convertirse en el escenario para una remontada histórica. La habilidad del cerebro para reorganizarse y aprender de experiencias nuevas o desafiantes refuerza la idea de que manejar crisis requiere no solo estrategia, sino también una mentalidad flexible y abierta al cambio. El lema de Fangio era ‘No hay que creerse el mejor si no intentar ser el mejor’Las crisis son únicas… y agotadoras. Fangio se retiró en 1958, tras el Gran Premio de Francia. Tal era el respeto por Fangio que, durante esa última carrera, Hawthorn, quien lo había superado, frenó justo antes de cruzar la línea de meta para que Fangio pudiera completar las 50 vueltas en su última carrera. Al bajarse del Maserati Fangio le dijo a su mecánico: ‘Se acabó’. Fangio demostró que las crisis se ganan con estrategia, Diamond probó que hay factores universales, y la neurociencia revela que exigen plasticidad cerebral. El ‘infierno verde’ se vence integrando acción, pasión y lógica. Las crisis son curvas cerradas del destino: Diamond nos enseña a diagnosticarlas, Fangio a tomarlas en cuarta, y la neurociencia a no reventar el motor en el intento. Después de un tiempo Fangio comentó:

Yo en realidad nunca fui piloto espectacular. Corrí siempre con mis medios, midiendo a mi adversario, manejando dentro de mis límites. Corría con lo justito, hasta esa carrera. Pero en Nürburgring me pasó una cosa bastante rara… Hice cosas que jamás había hecho antes. Es que aquel día tuve todos los cables enchufados, decidido a todo. Fue una extraordinaria carrera. Cuando terminé, estaba totalmente convencido que nunca iba a volver a correr de esa manera. Tanto me exigí que las dos primeras noches después de la carrera, no pude dormir.

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