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La huella del héroe

Hace unos días, Mirek Dusek, director general del Foro Económico Mundial (WEF), presentó el informe sobre las mayores amenazas para las economías mundiales en 2025. Dijo:

El aumento de las tensiones geopolíticas, la fractura de la confianza mundial y la crisis climática están tensando el equilibrio del sistema global como nunca”.

La encuesta anual sobre riesgos globales entrevistó a más de 900 expertos, formuladores de políticas y líderes empresariales, quienes, en su mayoría, esperan un panorama tormentoso o turbulento para los próximos dos años. Describen una ‘sensación de incertidumbre’ en torno al futuro. Los conflictos armados, la desinformación y los desafíos medioambientales encabezan la lista de riesgos globales tanto a corto como a largo plazo. ¿Tiempos sin precedentes?… Al parecer, no. Mark Twain decía: “La historia no se repite, pero rima”. Esta tesis la comparte el multimillonario Ray Dalio, fundador de Bridgewater Associates, el fondo de cobertura más grande del mundo. A sus 75 años, Dalio es una especie de celebridad y héroe de culto por su enfoque, predicciones y opiniones financieras. En 2020 escribió:

“Si bien este capitalismo lucrativo ha funcionado bien de esta manera, también ha sido intolerablemente imperfecto en la provisión de igualdad de oportunidades”.

Hijo de un músico de jazz y de una ama de casa, Dalio no se destacó especialmente en el mundo académico tradicional. Sin embargo, durante sus estudios en la Universidad de Long Island y, más tarde, en la Escuela de Negocios de Harvard, mantuvo gran interés en el mercado de materias primas, desarrollando sus propias metodologías de investigación y estrategias de inversión. En 1975, con 26 años, fundó Bridgewater Associates para asesorar sobre riesgos cambiarios y de tasas de interés. Su temprana percepción de cómo las crisis de deuda en los países en desarrollo podrían afectar a las instituciones financieras estadounidenses resultó particularmente valiosa y estableció su reputación en el análisis macroeconómico. En 2007, Bridgewater predijo la crisis financiera de 2007-2008. En 2009, en el artículo: “Recession? No, It’s a D-process, and It Will Be Long”, publicado en la revista Barron’s, Sandra Ward escribe:

“Nadie estaba mejor preparado para el desplome del mercado global que los clientes de Bridgewater Associates de Ray Dalio y los suscriptores de su Daily Observations. Dalio […] comenzó a hacer sonar las alarmas en la primavera de 2007 sobre los peligros del apalancamiento financiero excesivo”.

En 2017, Dalio publicó su libro Principios, en el cual compartió su historia y filosofía de vida. Explica que llegó a la convicción de que el universo funciona como una máquina compleja de movimiento perpetuo. Todo lo que sucede se debe a relaciones de causa y efecto que se repiten y cambian con el tiempo. Por ello, estudiar la historia nos permite comprender las relaciones detrás de los fenómenos que nos afectan. Dalio señala:

“Creo que la razón por la que las personas normalmente se pierden los grandes momentos de evolución que se les presentan en la vida es porque experimentan solo pequeñas partes de lo que está sucediendo […] en lugar de tener una perspectiva más amplia de los patrones y ciclos generales, las cosas importantes interrelacionadas que los impulsan, dónde estamos dentro de los ciclos y lo que es probable que suceda”.

Dalio aconseja que, frente a cualquier crisis o desafío, aceptemos nuestra realidad tal como es, con verdad y transparencia radical, para luego reflexionar sobre la situación, identificar patrones y hacernos cargo de dirigir nuestra propia evolución. El objetivo es extraer aprendizajes para tomar mejores decisiones en el futuro. En 2020, su hijo mayor, de 42 años, murió en un accidente automovilístico. En una entrevista, Dalio señaló:

“Perdí un hijo. Esa fue la experiencia más dolorosa de mi vida. Fue lo peor que me ha pasado. Reflexioné profundamente sobre la muerte y la vida, y mi relación con él”.

Una de las inspiraciones en la visión del mundo de Dalio es el trabajo de Joseph Campbell sobre mitología y religiones comparadas. Para Dalio, la descripción que hace Campbell del viaje del héroe refleja la esencia de su propia experiencia vital. Los patrones, arquetipos y ciclos propuestos por Campbell le han ayudado a reconocer la dinámica de ascenso, plenitud y decadencia de imperios, países y empresas, pero también a comprender los ciclos de su vida. Dalio escribe:

“La sección sobre el retorno con el elixir me caló a nivel personal, como si Campbell hubiera sabido a qué me estaba enfrentando. […] Logré ver que mi vida acabaría en relativamente poco tiempo, y que mi legado podría ser más importante y duradero […] Me ayudó a entender que tenía que transmitir mis cosas para ayudar a los demás”.

Campbell comenzó estudiando biología y, finalmente, se trasladó a la Universidad de Columbia para titularse en literatura medieval. Continuó sus estudios en París y Múnich, donde conoció la obra de Picasso y Matisse, artistas que miraban más allá de su área para comprender cómo las personas percibían el mundo. También se interesó por el trabajo de Freud y Jung. La Fundación Joseph Campbell señala en su sitio que las diversas influencias convencieron lentamente al joven erudito de que:

“todos los mitos y epopeyas están vinculados en la psique humana y que son manifestaciones culturales de la necesidad de explicar realidades sociales, cosmológicas y espirituales”.

En su libro El héroe de las mil caras, Campbell realiza un estudio comparado de diferentes mitologías del mundo y concluye que todos los mitos y leyendas tienen una estructura primordial, a la que llama ‘monomito’. De esta estructura arquetípica proceden todas las historias de aventuras de héroes. Siguiendo a Jung, Campbell universaliza el viaje del héroe, ya que habla directamente al inconsciente colectivo, a las imágenes y valores esculpidos en lo más profundo de la psique humana y que, por lo tanto, son compartidos por todos, independientemente del período histórico o de la cultura a la que pertenezcamos. En palabras de Campbell:

“Ya sea el héroe ridículo o sublime, griego o bárbaro, gentil o judío, poco varía su plan en lo esencial”.

Campbell define al héroe como ese personaje que percibe desajustes en su mundo cotidiano y siente la llamada de la aventura, abandona su hogar y se adentra en lo desconocido para alcanzar un propósito o un ideal que aporta un beneficio, liberación o progreso a su comunidad. Gracias al viaje del héroe, la sociedad mejora, se libera, descubre o avanza. Campbell escribe:

“Los viejos maestros bien sabían lo que decían […] En esencia, [el viaje del héroe] aprovecha nuestro deseo humano innato de convertirnos en mejores versiones de nosotros mismos. Nos da la sensación de que es posible una transformación real y significativa. Nos muestra que podemos volvernos más fuertes, superar nuestros obstáculos internos y externos y ganar el día”.

Campbell habla del ‘héroe de las mil caras’ porque todos obedecemos, de una u otra forma, al mismo arquetipo universal. Cada mito y leyenda de héroes presenta variaciones, pero todas parten de una misma raíz, con una evolución equivalente y un itinerario común. El poder de los mitos es mostrarnos un modelo de vida y de conducta que nos ayude a conectar con lo más profundo de nuestra naturaleza. El viaje del héroe es una representación abstracta del crecimiento humano. En palabras de Campbell:

“Todo mito es psicológicamente simbólico. Sus narraciones e imágenes deben leerse, por tanto, no literalmente, sino como metáforas”.

En su libro El viaje del héroe, Alexis Racionero Ragué sostiene que cualquiera que abandone su zona de confort se adentra en este viaje, en el que no se trata de llegar, sino de recorrer el camino. El héroe es llamado a dejar su mundo habitual, al principio se resiste, pero un suceso o una ayuda lo impulsan a cruzar el umbral hacia lo desconocido. Luego supera pruebas, tentaciones y encuentros transformadores que lo llevan a la apoteosis y al don supremo. Sin embargo, debe volver con el ‘elixir’ obtenido, a veces perseguido u obligado a huir, y finalmente se reintegra en su mundo original con una conciencia superior. Las 17 etapas que identifica Campbell son:

  1. Llamada a la aventura: El héroe recibe una invitación, aviso, suceso o señal que lo impulsa fuera de su rutina o de su mundo cotidiano. Esta llamada puede llegar de forma externa (un mensajero, un acontecimiento dramático) o interna (un deseo de cambio o descubrimiento). Inicia el movimiento de la historia y despierta la conciencia del héroe para afrontar lo desconocido.
  2. El rechazo a la llamada: Inicialmente, el héroe puede experimentar miedo, dudas o sentirse indigno. A menudo intenta aferrarse a su mundo conocido para no salir de su zona de confort. Hay un conflicto interno: el héroe no siempre está listo o dispuesto a afrontar la aventura. Por fuerza, avanza.
  3. La ayuda sobrenatural: Aparece un guía, mentor o algún tipo de apoyo sobrenatural (una deidad, un objeto mágico, un sabio). Esto le otorga recursos —materiales o espirituales— que necesita para emprender el camino. El héroe recibe protección, conocimiento o herramientas para los desafíos que enfrentará.
  4. El cruce del primer umbral: El héroe abandona el mundo familiar y entra al ‘mundo especial’ o desconocido, en el que no conoce las reglas ni restricciones. El héroe queda a merced de los desafíos del nuevo mundo.
  5. En el vientre de la ballena: El héroe atraviesa un momento simbólico de encierro o ‘muerte’ a su antigua identidad (caverna, prisión, monstruo, etc.). Debe renacer transformado. Este es un punto de no retorno. Representa la disolución de su antiguo yo, paso necesario para la transformación.
  6. El camino de pruebas: El héroe enfrenta una serie de desafíos, obstáculos y tentaciones que le enseñan lecciones y le permiten desarrollar nuevas habilidades. Se consolida así su crecimiento y se demuestra su valía.
  7. El encuentro con la diosa: Surge un arquetipo femenino benéfico y transformador (la diosa, la madre, la sabia). Es un momento de amor incondicional, redención o inspiración que cambia profundamente al héroe.
  8. La tentación: En contraste con la diosa benéfica, aparece la tentación que podría alejar al héroe de su propósito. Puede ser una figura femenina literal o cualquier símbolo (poder, riqueza, comodidad) que lo tientan a abandonar su viaje. Explora las debilidades o deseos ocultos del héroe.
  9. La consagración: El héroe se enfrenta al padre o a una figura autoritaria/paterna (a veces divina o simbólica). Al reconciliarse o imponerse a esa figura, libera su potencia interior y se legitima para seguir adelante.
  10. La apoteosis: El héroe experimenta una elevación de la conciencia o un estado de iluminación tras vencer temores, deseos o ignorancia. Se evidencia su trascendencia, ahora dotado de sabiduría o poderes especiales.
  11. El don final: Después de la apoteosis, el héroe obtiene el objeto o conocimiento supremo (‘el elixir’, el fuego sagrado, la cura, etc.). Es el logro de la misión. Este don es lo que tanto él como su comunidad necesitan.
  12. La negativa a regresar: Habiendo alcanzado la dicha o la iluminación, el héroe a veces duda en regresar al mundo ordinario. Prefiere quedarse en el bienestar recién descubierto, sin querer afrontar el regreso a su comunidad con el don adquirido.
  13. La huida mágica: Si el héroe ha obtenido el don en contra de la voluntad de algún guardián o fuerza hostil, debe escapar apresuradamente. El regreso puede resultar tan difícil y peligroso como lo fue el viaje.
  14. El rescate desde fuera: En ocasiones, el héroe necesita ayuda externa (amigos, seres divinos, un mentor que reaparece) para retornar. Esto subraya la importancia de la colaboración o apoyo sobrenatural.
  15. El cruce del umbral de regreso: El héroe regresa a su mundo ordinario para conservar y compartir la sabiduría adquirida. A menudo se complica encajar lo aprendido y explicar la aventura a quienes no la vivieron.
  16. El maestro de dos mundos: El héroe, ya transformado, logra desenvolverse tanto en la realidad cotidiana como en la dimensión excepcional o espiritual. Ha encontrado equilibrio entre lo interior y lo exterior.
  17. La libertad para vivir: Finalmente, el héroe supera el miedo a la muerte o al fracaso y alcanza serenidad para vivir plenamente el presente. Simboliza la liberación y la plenitud, pudiendo disfrutar o compartir su sabiduría sin temores.

El arquetipo del ‘viaje del héroe’ de Campbell, se ve reflejado en un sinfín de relatos, mitos y leyendas de todas las culturas, pero también traza un mapa de transformación personal para momentos de cambio o búsqueda. Dalio explica que ahora vive una etapa en la que su motivación es compartir lo aprendido. En una entrevista con Business Insider dijo:

“Tienes éxito y fracasas, pero realmente aprendes de tus fracasos porque son experiencias dolorosas, y si puedes reflexionar sobre ellos, cambias”.

Todos podemos ser héroes de nuestra vida. Se trata de escuchar la llamada a la aventura, vencer nuestros miedos y avanzar hacia lo desconocido para tomar las riendas de nuestra propia epopeya. Campbell escribe:

“Todos los héroes han recorrido el sendero, el camino es conocido, hay que seguir la huella del héroe. Donde pensamos encontrar un monstruo, encontraremos un dios, donde pensamos en matar a otro, nos mataremos a nosotros mismos, donde habíamos pensado viajar al exterior, llegaremos al centro de nuestra existencia, y donde habíamos creído estar solos, estaremos con todo el mundo”.

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